Todo se supo por un asunto que no tenía nada que ver con ello: la Policía entró en la casa donde vivían los dos niños y su madre y comprobó que en esta cundía el desorden y la suciedad, por lo que varios trabajadores sociales fueron llamados a trabajar junto con la madre, soltera, de 28 años.
Cuando comenzaron a realizar su labor descubrieron que al niño de nueve años se lo comían literalmente los piojos, que nunca desayunaba y que tenía las manos enquistadas de mugre. No recordaba haber ido nunca a un médico.
Al parecer, el pequeño tenía que cenar todas las noches en el Mc Donald´s con su madre, se aseaba muy ocasionalmente, e iba al colegio oliendo a orina y excrementos. Todas las noches se despertaba hacia las cuatro con el objetivo de buscar comida en la casa para esconderla. Siempre estaba hambriento. Con adultos delante no se atrevía ni a mirarlos y no era capaz de decir nada.
El síndrome del 'enanismo psicosocial' se produce cuando los niños están sujetos a situaciones muy estresantes; por ello, se estima que, alejados de estos entornos -es decir, pasando a vivir con otra familia- pueden revertir la situación, aproximándose en altura a los niños de su edad.
Es precisamente esto lo que los fiscales pidieron en el juzgado de Winchester, en el que la madre aceptó un cargo por negligencia. A su madre no se le achaca una actitud de maltrato deliberado, pero ya no se la considera apta para cuidar de sus propios hijos. Los especialistas han podido comprobar que, con el cambio de residencia -ahora el chico vive con su padre y su madrastra-, la mejora de las condiciones lo han llevado a incluso recuperar algo de su estatura perdida.