Aisha no se podía imaginar lo que le ocurriría en el trabajo nada más regresar de su baja maternal.

Esta joven británica había dado a luz a su bebé cuando después de 13 meses de baja se incorporó de nuevo a su puesto en el aeropuerto de Londres.

Lejos de las felicitaciones, Aisha vivió una situación más que desagradable. Sus superiores comenzaron a criticar su aspecto y sus condiciones físicas.

Según publica el Daily Mail, los responsables le recriminaron que hubiera cogido peso durante el embarazo así como que no se maquillara lo suficiente ni que cuidara como debiera de su apariencia.

"Dos días después de haberme incorporado, un gerente se acerco a mi y me dijo: Necesito hablar con usted sobre su apariencia. Necesita usar más maquillaje y debe cambiar su pelo", explica Aisha.

Así, la joven ha relatado que cuando volvió al trabajo, sus responsables criticaron su peso y sus piercing. "Sé que he tenido un bebé y que he engordado, pero es tan ofensivo", remarca la joven.

De esta manera, sus superiores la dijeron que debía cambiar su aspecto y quitarse el pendiente que llevaba en la nariz si quería seguir trabajando. Sin embargo, Aisha se negó por lo que tuvo que abandonar su puesto.

"Llevo trabajando en la industria seis años y no he tenido ningún problema. ¿Por qué valoran mi aspecto por encima del trabajo que hago?" se ha preguntado Aisha. EPF