Portugal identifica sus siete primeros casos de la variante brasileña del coronavirus

  • Hace 10 días se identificaron dos casos sospechosos de la variante

  • Ya se habían detectado las variantes sudafricana y británica

  • Las medidas del Gobierno ya están doblegando la curva

Portugal ha detectado siete casos de la variante brasileña del covid-19, los primeros que se confirman en el país. El Instituto Nacional de Salud Doutor Ricardo Jorge (INSA) ya los ha reportado a las autoridades sanitarias, que efectuaron las debidas diligencias para el rápido rastreo de contactos y adopción de todas las medidas de salud pública consideradas necesarias para la interrupción de potenciales cadenas de transmisión".

Hace diez días, un laboratorio portugués había identificado dos casos sospechosos de la variante brasileña y los había remitido al INSA para su análisis, pero hasta ahora no había confirmación oficial de la presencia de esta mutación en Portugal.

En Portugal ya se había detectado la variante sudafricana y, a gran escala, la británica, una de las causas de la severidad de la tercera ola en el país luso. La británica llegó a tener una prevalencia de más del 50 % de los positivos detectados en la región de Lisboa.

A pesar de que en Portugal no se había detectado hasta ahora ningún caso de la variante brasileña, el país fue considerado una puerta de entrada en Europa de esta cepa debido a sus fuertes relaciones con Brasil. Algunos países, como el Reino Unido o Angola, llegaron a imponer vetos a los vuelos procedentes de Portugal el pasado enero debido a esta variante.

Portugal, con diez millones de habitantes, suma 15.962 muertes y 797.525 contagios desde que empezó la pandemia. La tercera ola le colocó en enero como el país con más nuevos contagios y muertes a nivel mundial, pero las medidas adoptadas por el Gobierno, que incluyen confinamiento, blindaje fronterizo y los colegios cerrados, ya están doblegando la curva.

La cifra de muertos más baja desde diciembre

Según el último balance de la Dirección General de Salud (DGS), este domingo se notificaron 65 fallecidos, la cifra de muertes más baja desde el 28 de diciembre (58). También se reportaron 1.186 contagios, un número especialmente bajo que supone un mínimo desde octubre. En los días previos las infecciones se han movido en torno a las 1.500, los niveles que hubo justo antes de que la tercera ola empezase a dispararse.

La caída de las cifras es muy expresiva si se compara con los picos alcanzados en enero, cuando se llegaron a registrar más de 16.000 nuevos casos y de 300 muertes diarias. En los hospitales, donde durante la semana se asistió a una significativa caída de los internamientos, hubo un ligero repunte este domingo, debido a más ingresos en planta.

En total hay 3.316 pacientes hospitalizados con covid-19 (32 más que el dato del sábado), de los cuales 638 están en cuidados intensivos (18 menos).

Confinamiento sin final a la vista

Portugal ha conseguido doblegar la curva gracias a un confinamiento en vigor desde el 15 de enero, que se fue endureciendo posteriormente y al que el 22 de enero se sumó el cierre de los colegios, una medida que se considera clave en el descenso de cifras porque eliminó millones de desplazamientos diarios.

También blindó su frontera con controles en los pasos hacia España, donde sólo se puede cruzar en casos excepcionales, y medidas sanitarias en los aeropuertos, con PCR y cuarentenas obligatorias en función de la incidencia del país de origen.

Pero las cifras de fallecidos y de hospitalizados, especialmente en las UCI, todavía están lejos de lo deseable por el Gobierno, que no tiene ninguna prisa por levantar el confinamiento y se prevé que la medida pueda alargarse durante todo el mes de marzo.

Antes de hacerlo, el Ejecutivo quiere poder reabrir las escuelas para que los niños retomen la enseñanza presencial, según explicó este sábado la ministra de Estado y Presidencia, Mariana Vieira da Silva, en un acto del Partido Socialista.

La vacunación, entre polémicas

Al mismo tiempo que la curva baja, avanza poco a poco el plan de vacunación, que ya ha inmunizado con dos dosis a 242.929 personas y ha administrado la primera a otras 170.553, pero el proceso salta de una polémica a otra.

Durante semanas salieron a la luz centenares de casos de vacunación indebida, con dosis administradas a familiares o incluso a funcionarios incluidos en las listas sin tener prioridad, que han llevado a la Fiscalía a instaurar más de tres decenas de investigaciones, según desveló esta semana.

Las irregularidades también se produjeron por la utilización de dosis que sobraban, lo que llevó al Gobierno a ordenar que se estableciese previamente una lista de suplentes. El último caso sonado de este tipo se produjo en Lisboa, donde el concejal de Protección Civil, Carlos Manuel Castro, dimitió esta semana después de haber sido vacunado con dosis sobrantes de residencias.

El primer coordinador de la vacunación, Francisco Ramos, dimitió después de identificar irregularidades en la selección de sanitarios para recibir dosis en el Hospital de la Cruz Vermelha, donde presidía la comisión ejecutiva.