El Gobierno ruso ha movilizado finalmente al Ejército para colaborar en las tareas de extinción de los más de 300 incendios que continúan activos en los bosques de Siberia. Pese a que aseguraron que no gastarían recursos, han movilizado a diez aviones y diez helicópteros militares al terreno.
El fuego ya ha calcinado más de tres millones de hectáreas, en lo que las autoridades han calificado de catástrofe ecológica. Aunque muchos de los focos afectan a zonas deshabitadas, los servicios de rescate han desalojado a más de medio millón de personas. Desde el Kremlin han vuelto a avisar que no dedicarán más recursos.
Por su parte, los animales también sufren las consecuencias de estas condiciones. Varias reservas ecológicas han quedado arrasadas por las llamas, mientras algunos animales llegan hasta las carreteras en un intento por huir del fuego. La situación, en la que cinco regiones rusas han declarado el estado de emergencia, es complicada ya que, por el momento, no hay previsiones de lluvia.