La Justicia ha leído el veredicto delante de la presunta asesina, quien mantenía una relación amorosa con la víctima. Él se llamaba Fernando Pastorizzo y le disparó en plena calle por su novia. La joven utilizó el arma reglamentaria de su padre —un policía en activo— para perpetrar el crimen. Se trata de un caso de violencia de género por el contexto en el que se produjo.
La sentencia dictamina que se trató de un "homicidio calificado" por el vínculo sentimental que les unía. Además, el jurado ha explicado que "queda destruida la hipótesis que sostuvo que los disparos se realizaron de manera involuntaria". Ese fue el argumento de la defensa de Nahir Galarza, al que añadía que fue un accidente.
La joven fue la primera en dar su versión de los hechos y confesó haber sido la autora del hecho; producido durante la madrugada del 29 de diciembre de 2017.
Juicio histórico y polémico
Con esta sentencia, Galarza se convierte en la mujer más joven en recibir la pena máxima. De acuerdo al Código Penal local, podría salir en libertad condicional una vez cumplidos los 35 años de condena, es decir, a los 54 años.
El juicio ha sido foco del debate en las redes sociales. Ha recibido tanto críticas a favor como en contra desde el principio.
Diversos activistas han reclamado que el caso se identifique por el nombre de la asesina, en lugar del de la víctima, como ocurre cuando el agresor es un hombre.
También hubo críticas por el dictamen de prisión perpetua, cuando en casos de femicidio se han dictado condenas menores. A pesar de todo, hay quien resalta la importancia de penar "la violencia venga de quien venga".