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Cómo identificar si una app o web de apuestas es legal en España: sellos, licencias y señales de alerta

Juego seguro
Juego seguro. Gobierno de España
telecinco.es
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En la jungla digital del juego online, donde cada clic supone un riesgo financiero, la capacidad de saber distinguir entre lo legítimo y lo fraudulento es mucho más que una simple precaución, sino que más bien es un acto de supervivencia cívica. En España, la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), adscrita al Ministerio de Consumo, ejerce como la única autoridad competente para autorizar, supervisar y, llegado el caso, sancionar a los operadores de juego en línea. Sin embargo, el envoltorio visual de las webs ilegales a menudo busca imitar a las que operan dentro de los márgenes de la ley. La diferencia está en los detalles.

La licencia no es un adorno

El primer criterio innegociable es la existencia de licencia concedida por la DGOJ, visible mediante un número identificativo en el pie de página del portal y acompañada del sello oficial de “Juego Seguro”. Pero incluso este distintivo puede ser falsificado o mal implementado. Por ello, el único modo infalible de validación es buscar directamente el nombre del operador en el listado oficial publicado por la DGOJ en su sitio web, un registro público que se actualiza regularmente. Este filtro separa lo legal de lo clandestino, aunque muchas veces esa frontera queda hábilmente desdibujada por quienes operan al margen.

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Además, conviene asegurarse de que la URL de la web está registrada bajo un dominio español (.es) o, en su defecto, que declara en su aviso legal estar acogida a la regulación española. Páginas con sede en paraísos fiscales o países sin convenio europeo de control operan con licencias, si es que las tienen, que no tienen validez legal en España, aunque se anuncien como si lo la tuvieran.

Señales de alarma en las que fijarse

Las webs no autorizadas suelen desplegar técnicas de captación agresiva: bonificaciones imposibles, juegos no regulados, apuestas en eventos ficticios y ausencia total de canales de reclamación o contacto. Una plataforma legal, en cambio, debe por ley incluir:

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  • Información detallada sobre juego responsable y límites autoimpuestos.
  • Herramientas de autoexclusión y restricción de depósito.
  • Canales activos de atención al cliente.
  • Un sistema de verificación de identidad que impide el acceso a menores.

Su incumplimiento no solo desprotege al usuario, sino que puede convertirle en cómplice de una infracción administrativa grave, sancionable con multas de hasta 50 millones de euros para el operador y consecuencias tributarias para el jugador.

App o trampa: pistas del engaño

Las apps de juego autorizadas deben estar disponibles en las tiendas oficiales (Google Play Store y Apple App Store) bajo el nombre del operador licenciado. Cualquier aplicación que requiera instalarse vía archivos APK, sin pasar por los filtros de seguridad de las plataformas oficiales, debería levantar sospechas inmediatas. Además, los permisos solicitados por la app deben ser proporcionales a su funcionalidad (por ejemplo, nunca acceso a contactos o cámara). Otro dato revelador: en la ficha de la app debe aparecer el nombre fiscal de la empresa tal y como figura en el registro de la DGOJ.

El uso de webs no reguladas no es solo una cuestión de preferencia. Implican riesgos importantes, como pérdidas no reclamables, exposición de datos personales, incumplimiento fiscal y vínculos con redes de blanqueo de capitales. En este sentido, desde 2020, España ha bloqueado más de 3.000 dominios de apuestas ilegales, lo que además implica que si eres usuario de una de estar webs, puedes ver como queda interrumpido el acceso de forma permanente y perder fondos depositados sin posibilidad de recurso legal.