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La cara oscura de ganar la lotería: desde el peligro de la euforia al despilfarro o la envidia

La vida tras ganar la Lotería de Navidad
La vida tras ganar la Lotería de NavidadTelecinco.es
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Ganar la lotería es un sueño compartido: la promesa de una vida sin preocupaciones económicas. Sin embargo, la realidad dista de ser tan idílica. Numerosos estudios muestran que el golpe de suerte puede traer consigo efectos secundarios inesperados, que van desde la euforia pasajera hasta el aumento de malos hábitos, pasando por tensiones familiares, envidias o incluso estafas.

Un estudio con miles de ganadores suecos, publicado en The Review of Economic Studies, concluyó que los premiados experimentan un aumento sostenido en la satisfacción con la vida que persisten durante más de una década. Sin embargo, los mismos autores advierten que esos efectos positivos son “mucho menores” en lo que respecta a la felicidad diaria y la salud mental . Es decir, el dinero mejora la percepción general de la vida, pero no garantiza un estado de ánimo feliz en el día a día.

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Otro análisis sobre ganadores británicos matiza aún más el panorama: “los premios de lotería también se asocian con más consumo de tabaco y de alcohol social” . La paradoja es clara: el dinero ayuda a pagar facturas, pero puede abrir la puerta a hábitos que deterioran la salud.

La fantasía de renunciar al empleo suele aparecer en cuanto se cobra el premio. Pero la evidencia apunta a la prudencia. Una investigación citada por economistas europeos muestra que “ganar un premio reduce de forma inmediata y persistente los ingresos laborales”. Quienes se apresuran a dejar su puesto pueden encontrarse, al cabo de unos años, con menos ingresos de lo esperado y sin un proyecto vital sólido. Por eso, asesores financieros recomiendan mantener la calma y no tomar decisiones drásticas en caliente.

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No menos peligrosas son las reacciones del entorno. La Lotería Nacional británica recuerda que, si el ganador lo desea, puede permanecer en el anonimato, ya que “no se revelará ningún dato sobre su identidad” . Quienes deciden hacer pública su victoria, en cambio, suelen enfrentarse a peticiones constantes de dinero y a una atención mediática difícil de gestionar. En este terreno, la discreción puede ser la mejor inversión. Afortunadamente, en nuestro país los nombres de los ganadores de la lotería no se hacen públicos, y serás tú, como ganador, quien decida a quién se lo cuentas y cuándo. Elige teniendo esto en mente.

El mito del 70 % arruinado

Durante años circuló la idea de que “la mayoría” de ganadores terminaba en bancarrota. La National Endowment for Financial Education, una de las instituciones de referencia en educación financiera en EE. UU., desmintió la cifra: “ese dato no estaba respaldado por ninguna de nuestras investigaciones”. Sí existen casos sonados de despilfarro, pero no responden a una regla universal. La verdadera diferencia la marca la planificación, o su ausencia.

La lotería puede transformar una vida, pero no siempre para bien. Trae satisfacción, pero también riesgos: despilfarro, malos hábitos, presión social o engaños. Los datos sugieren que la clave está en tres gestos: mantener la calma antes de cambiar de vida, protegerse frente a la exposición y blindar lo que de verdad sostiene la felicidad, que no es el dinero, sino los lazos que nos unen a otros.