Hallan a tres hermanos muertos en una casa de Morata de Tajuña: fueron asesinados y quemados

Tres hermanos, dos mujeres y un hombre de entre 68 y 72 años, han sido hallados muertos con signos de violencia este jueves en el interior de la vivienda en la que residían en Morata de Tajuña (Comunidad de Madrid). Las tres víctimas fueron asesinadas y sus cadáveres estaban apilados, además de parcialmente quemados. Al parecer, debían una gran cantidad de dinero por una presunta estafa amorosa.

Los vecinos de Amelia, Ángeles y Pepe G. A., las tres víctimas, alertaron al Ayuntamiento de la localidad de que llevaban un mes sin ver a los hermanos, quienes eran muy conocidos en el municipio porque participaban en actividades sociales y culturales. En un primer momento se pensó que podían estar de vacaciones, pero se decidió dar el aviso a las autoridades el pasado lunes al ver que no respondían ni llamadas ni mensajes.

Con la correspondiente orden judicial, agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil han entrado a la vivienda y han encontrado a las tres personas muertas. El juez de guardia ya ha procedido al levantamiento de los cadáveres, que serán sometidos este viernes a la correspondiente autopsia para conoce las causas de los fallecimientos. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación.

Especialistas en criminalística del Instituto Armado han inspeccionado la vivienda (recogiendo varios vestigios y objetos) y del caso se ha hecho cargo el grupo de Homicidios. Policía Local ofrece apoyo a la Benemérita en la zona, mientras se realizan indagaciones para esclarecer los hechos, según ha podido saber Informativos Telecinco. Un dato a investigar es que los tres hermanos acumulaban deudas con una serie de conocidos a través de préstamos.

Varios prestamistas habrían acudido a verles hace un tiempo, armados, para cobrar el dinero que los ancianos debían. Amelia y Ángeles habrían sido víctimas de una estafa nigeriana, en la que fueron engañadas por dos supuestos novios residentes en Afganistán, que las llevó a la ruina y a pedir dinero. Por ahora se está tomando declaración a testigos. En primera instancia se barajó la posibilidad de un suicidio colectivo por la deuda, pero la forma en la que se encontraban los cuerpos hace que la hipótesis de un ajuste de cuentas por impagos gane peso.

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