Si te enganchaste al Monopoly hace 40 años, con los juegos de mesa de ahora lo vas a gozar: “Aprendes mientras te diviertes”

Las nuevas partidas giran en torno a acontecimientos históricos, bélicos o culturales y arrastran a un nuevo perfil de aficionado
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MadridComprar la calle Alcalá, descubrir si el mayordomo era culpable de homicidio o conquistar (al fin) Kamchatka. Para la generación de los que pasan de 50 años los juegos de mesa fueron durante su infancia y adolescencia el mayor de los entretenimientos. Las tardes pasaban en un suspiro mientras se echaba una partida con amigos al Monopoly, al Risk o al Cluedo. Por no hablar de antecesores como el parchís o la oca.
Cuando la palabra ‘vídeo’ se añadió a ‘juegos’ muchos pronosticaron el final de una industria que había logrado a base de tableros de cartón y fichas de plástico una de las cosas más difíciles del mundo: entretener. Sin embargo, estamos en 2025 y los juegos de mesa viven una edad dorada. Durante la pandemia, el sector experimentó un incremento del 20% y Devir, la empresa detrás de Catan, uno de los grandes éxitos del sector en los últimos años, prevé crecer un 75% en 2025.
“Creo que hay muchas ganas de desconexión digital y de sentarse un mesa a socializar y pasarlo bien. Además, las partidas permiten evadirse durante un rato de problemas y tensiones”, explica Gonzalo Maldonado, fundador de Salt & Pepper Games, una empresa española de juegos de mesa que ha lanzado al mercado propuestas que cambian la visión que muchos podrían tener sobre el entretenimiento de tablero.

Dentro del catálogo de esta compañía hay juegos con trasfondo histórico, bélico, cultural… “Hemos desarrollado juegos con historias que pueden resultar familiares a los que ya peinan canas. Por ejemplo, tenemos Watergate, que se basa en el famoso escándalo político estadounidense. En este caso, un jugador adopta el papel del presidente Nixon y otro el de un periodista y compiten entre sí”.
Además de hechos tan conocidos como este, Salt and Pepper tiene en catálogo otros que arrojan luz sobre pequeñas historias del pasado, notas a pie de página que ellos rescatan del olvido. “Uno de los últimos juegos que hemos lanzado es sobre la historia de Hiro Onoda, un soldado japonés de la Segunda Guerra Mundial que no se rindió hasta 1974 porque estaba convencido de que la contienda no había terminado”.
Otro de sus mayores éxitos es ‘La batalla de Versalles’, sobre un desfile de moda celebrado en 1973 en la ciudad francesa que se convirtió en una competencia entre diseñadores galos y americanos. Ese hecho curioso y poco conocido se convierte en un juego para dos personas: "Lo bueno es que aprendes cosas mientras juegas. Creo que esto es lo que buscan los aficionados más mayores cuando se sientan a pasar un rato”. También hay juegos que tienen una conexión con la actualidad. Salt and Pepper Games ha lanzado recientemente 'Habemus Papam', basado en el cónclave papal justo en el año en el que se ha elegido nuevo jefe de la iglesia.
Regreso a lo analógico
Jorge Galán, de 57 años, es un gran aficionado a los juegos de mesa y corrobora las palabras de Maldonado. Eso sí, con un paréntesis: “En los 70 y 80 jugué muchísimo a los clásicos. Me encantaban los de la empresa española Cefa, que creaba mundos muy particulares, con un diseño muy chulo y con tableros que en ocasiones eran hasta tridimensionales. Pero debo reconocer que en los 90 los aparqué por la consola”.
El reenganche de Galán se produjo hace unos 20 años, cuando jugó su primera partida de Catan, lanzado al mercado en 1995 y que se ha convertido en un clásico moderno. “Me enganché inmediatamente: me pareció apasionante por el componente estratégico que tiene, por la idea de explorar una isla desconocida, por volver a jugar con otras personas… Para mi fue la puerta de entrada a una nueva generación de juegos de mesa que me tiene atrapado. Lo mejor de todo es que es una afición que comparto tanto con mi mujer como con mis hijos, que son veinteañeros pero que le ven mucho encanto a este ocio analógico”.

Juegos para uno
En Salt and Pepper Games han desarrollado también juegos individuales, una variante con ventajas para un perfil determinado: “Aunque me encanta la vertiente social de los juegos de mesa, es verdad que los que van dirigidos a una sola persona son idóneos para la gente que tiene poco tiempo, que debe cuidar de hijos o de padres… en lugar de mirar el móvil en ese hueco que sacan se echan una partida y lo disfrutan”.
Entre los juegos individuales que tiene Salt and Pepper en su catálogo está ‘¡Resistid!’, en el que se asume el papel de un maqui que lucha contra el régimen franquista. Cada partida dura entre 20 y 40 minutos y es otra muestra más de ese tipo de juegos conectados con la historia.
Además de desarrollador, Maldonado es también aficionado, como no podía ser de otro modo. En su ciudad, Altea, pertenece a un club de juegos de mesa, Dragón, que cuenta con 100 miembros. “Más de la mitad de los miembros pasan de 45 años. Hay muchísimos más aficionados de mediana edad que jóvenes. Uno de los últimos en llegar es Antonio, que tiene 77 años y que ha cambiado la partida de cartas por esto. El hombre está encantado y acude casi a diario”. La demostración fehaciente de que aquel mensaje de los juegos de mesa antiguos que rezaba “de 8 a 99 años” es más cierto de lo que parecía.

