¿Te vas de escapada? Sistemas fáciles y curiosos para regar tus plantas

Adela Leonsegui (@AdelaLeonsegui) 18/03/2017 12:37

El riego por capilaridad: barato, fácil y eficaz

Eso que le pasa a una galleta cuando la mojas en la leche, que se empapa sin necesidad de sumergirla, es la capilaridad. De este principio deriva este truco tan fácil como económico y efectivo para el que sólo necesitas un recipiente con agua y una cuerda o hilo grueso de material absorbente como el algodón (puede hacerlo incluso con una bayeta). Colocas un extremo de la cuerda enterrado en la tierra y el otro extremo dentro del recipiente con agua, de esta manera la tierra se irá humedeciendo según sus necesidades. Antes de irte debes probar el tiempo que tarda en absorberse el agua del recipiente elegido para calcular si basta con éste o necesitas otro de más capacidad.

El riego por goteo: la versión casera frente a la decorativa

Este sistema mantiene la humedad de la tierra de manera constante y existen varias opciones. La más rudimentaria es hacer un agujero pequeño (asegúrate de que es muy pequeño) en el tapón de una botella y enterrarla en la tierra boca abajo. Una versión algo más sofisticada son conos de cerámica que permiten enroscar una botella, en este caso basta enterrar el cono, que al ser de un material poroso irá suministrando humedad a la tierra poco a poco. Una tercera opción, más decorativa, son los globos de riego (aunque hay otros modelos como estos en forma de pajarito) que funcionan igual que el sistema de la botella, suministrando el agua poco a poco. Según su capacidad pueden durar hasta un máximo de 10 días.

Crear un efecto invernadero con una bolsa de plástico

Este truco de crear un invernadero puede servir si no vas a estar fuera más de un par de semanas. Consiste en un riego por condensación y basta con envolver la planta con una bolsa de plástico. Se trata de un proceso cíclico en el que el agua que se va evaporando de la planta queda adherida a las paredes de la bolsa y se precipita de nuevo sobre la planta. Debes tomar dos precauciones: regar la planta antes de irte y evitar que la bolsa toque las hojas o tallos, para ello basta con colocar algún elemento que la mantenga erguida (unos palos chinos, por ejemplo).

Agua gelificada y otras sustancias que retienen la humedad

El agua gelificada es un producto con gran capacidad para retener el agua, que se coloca en contacto con la tierra y la va suministrando poco a poco. Es un producto natural, limpio, económico, ecológico y lo puedes encontrar hasta de colores para un efecto decorativo, pero no suele durar más de dos semanas. Otro sistema similar es la perlita expandida: un material aislante que se coloca sobre la tierra y mantiene por más tiempo la humedad. En su lugar puedes colocar gravilla o paja, aunque no es tan eficaz.

Macetas autorriego y olvídate de ellas un mes

Estos tiestos también utilizan el principio de capilaridad para mantener húmeda la tierra, pero en este caso con un sistema algo más sofisticado. Las hidrojardineras y macetas autorriego, como las premiadísimas de Lechuza, disponen en el fondo de un compartimento aislado que mantendrá la tierra húmeda de manera constante. Para evitar el exceso de humedad, los expertos recomiendan colocar una capa de grava antes de echar la tierra. Disponen de un indicador del nivel del agua para que sepas en todo momento si necesitas o no rellenar el depósito. Dependiendo de su tamaño, te permite estar hasta un mes sin regar la planta.

Kivi, la maceta que riega sola y va conectada a tu móvil

El internet de las cosas ha llegado también a la jardinería gracias a Kibu Green y ahora, a través de la plataforma Kickstarter, buscan patrocinadores para producir la maceta Kivi. ¿Qué tiene de especial? Pues que va conectada al teléfono móvil y es éste quien te avisa de las necesidades concretas de cada planta en todo momento. Y si es necesario regarlas, basta con deslizar el dedo por la pantalla y mira lo que pasa: