Sed, ganas de orinar, problemas en la piel... ¿Qué síntomas alertan de una subida de azúcar?

Controlar nuestro nivel de azúcar y mantenerlo siempre dentro de niveles saludables es un básico para proteger nuestra salud. Por eso es importante conocer cuáles son los síntomas que alertan sobre niveles elevados de azúcar en sangre. De esta forma podrás pedir ayuda de un profesional y comenzar a controlar tu dieta, evitando así problemas y enfermedades que resultan mucho más probables en caso de hiperglucemia frecuente. Especialmente si ya sufres diabetes, debes tener especial cuidado y controlar tus niveles de azúcar siguiendo las pautas recomendadas por tu médico. ¿Qué síntomas alertan de una subida de azúcar? ¿Cómo actuar en estos casos?

Síntomas que alertan de una subida de azúcar

Cuando hablamos de hiperglucemia nos referimos a subidas de azúcar en el flujo sanguíneo, y las causas pueden ser muy variadas. Tal y como explica Unir, las más frecuentes son ser diabético y no inyectarse insulina suficiente, el sedentarismo, padecer alguna enfermedad o infección, el uso de esteroides, someterse a una cirugía o sufrir estrés emocional, por ejemplo, en caso de problemas laborales, de pareja o familiares.

Aunque un 'pico' de azúcar puntual no pone en riesgo nuestra salud a largo plazo, si estos episodios se vuelven habituales estaremos multiplicando el riesgo de sufrir todo tipo de enfermedades cardíacas, así como derrames cerebrales, problemas de visión o de nervios. La edad es un factor importante: normalmente los problemas de azúcar suelen aparecer en población adulta, pero en cualquier caso debemos acostumbrarnos a alimentarnos de forma saludable durante toda la vida, sentando desde pequeños los pilares para una buena salud en el futuro. En general, unos niveles de glucosa elevados afectan negativamente al sistema inmunitario, debilitándolo. Por eso tenderemos a enfermar con más frecuencia y con más facilidad.

Estos son los principales síntomas de la hiperglucemia:

  • Antojos frecuentes. Si estamos 'enganchados' al azúcar, es probable que nuestro cerebro emita las señales necesarias para que entendamos que tenemos hambre, buscando así una nueva ingesta de azúcar. Por eso es importante distinguir entre el hambre real y la emocional. Si tenemos hambre de verdad, la sensación de vacío en el estómago o el dolor de cabeza serán claras señales de que efectivamente debemos comer. En otro caso, se tratará de simples antojos que debemos aprender a esquivar.
  • Exceso de sed y ganas constantes de orinar. Beber agua es básico para el funcionamiento de nuestro organismo, pero si sentimos sed todo el rato y nuestra ingesta de agua está siendo adecuada, es posible que se trate de un síntoma de hiperglucemia. En concreto, sentir más sed de lo habitual, seguir sediento después de beber, sentir la boca seca y orinar más de lo habitual son síntomas claros que se manifiestan con la diabetes.
  • Problemas en la piel. Se trata de uno de los síntomas claros de la diabetes. Pueden llegar a aparecer manchas oscuras alrededor del cuello y en la zona de las axilas.
  • Cicatrización lenta. El motivo se encuentra en que las arterias y venas contienen tanta azúcar que no pueden irrigar sangre adecuadamente a la zona que necesita cura. por eso un síntoma claro de niveles de azúcar elevados es la incapacidad de cicatrizar de forma normal.
  • Infecciones por hongos. Tener diabetes afecta a nuestras defensas y por eso es más probable que nuestro organismo se proteja ante este tipo de infecciones. Es frecuente, por ejemplo, la cándida, así como otras infecciones por hongos. El azúcar es el aumento perfecto para ellos.
  • Adelgazamiento. Es posible que adelgaces de forma constante y sin una causa aparente, y esto puede tener que ver con altos niveles de azúcar en sangre. Esto es así porque, cuando tus células no reciben toda la glucosa que demandan, buscan energía en otro lugar.

Otros síntomas son la fatiga extrema; las naúseas, mareos y vómitos; irritabilidad; calambres; visión borrosa y sensación de hormigueo en las extremidades. Para evitarlo, si eres diabético, extrema el control en tu dieta y en tu medicación, y no olvides la importancia del ejercicio físico para equilibrar tus niveles de glucosa en sangre. Lo mismo se aplica si experimentas subidas de azúcar sin ser diabético: es probable que debas controlar lo que comes y acostumbrarte a llevar una rutina más saludable, en la que el ejercicio debe ser parte imprescindible.