Quique Bassat, epidemiólogo: "Que no cunda el pánico, estamos en una situación totalmente diferente a hace un par de años"

China vuelve a la casilla de salida de la pandemia de covid-19. Más de dos años después de detectarse los primeros casos del SARS-CoV2 en su territorio, el país asiático vive una segunda oleada masiva de contagios. Los especialistas critican que las autoridades chinas han perdido el tiempo al no vacunar masivamente a su población y que sus vacunas son peores que las occidentales. Además, el fin abrupto de la política de tolerancia cero con los contagios se ha realizado sin haber protegido antes a su población lo que ha derivado en una explosión de contagios fuera de control.

El fin de las restricciones y el restablecimiento de los vuelos comerciales con el resto del mundo ha llevado a muchos ciudadanos chinos a viajar lo que está alarmando a los gobiernos occidentales que se han visto obligados recuperar los controles aeroportuarios. Ante esta nueva amenaza, Informativos Telecinco ha entrevistad al epidemiólogo, Quique Bassat, pediatra e investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona.

El epidemiólogo Quique Bassat pide "no alarmarnos" porque "estamos bien preparados"

Isabel Jiménez: Lo primero que quiero preguntarle es si usted está preocupado

Quique Bassat: Sí, evidentemente estoy preocupado por lo que está ocurriendo en China y, sobre todo, por la salud de la población china que es altamente vulnerable a enfermar porque tienen poca cobertura vacunal

IS: El hecho de que en España la tasa de vacunación sea altísima, el porcentaje de población que ha pasado la enfermedad también ¿cambia totalmente el escenario?

QB: Sí, absolutamente. Nosotros no deberíamos de alarmarnos. Estamos bien preparados, conocemos bien al virus y, sobre todo, tenemos una población muy bien vacunada y muy bien protegida. 

Tenemos alrededor de mil casos al día y solo estamos contabilizando a los mayores de 60 años, con lo cual no entiendo demasiado bien por qué hay esta sensación de alarma de todos los virus que puedan entrar a través de nuestros aeropuertos cuando tenemos mucha transmisión en nuestras propias fronteras.

IJ: Esta vez jugamos con cierta ventaja. Sabemos a lo que nos exponemos y no hemos perdido esos meses de reacción como en 2020. ¿Para usted es suficiente la medida que ha anunciado hoy Sanidad? ¿Habría que ir más allá como va a hacer Madrid en las residencias de ancianos y reforzando el Zendal?

QB: Siempre es bueno estar preparados por si acaso y es evidente que ahora mismo la situación en China es muy preocupante por los millones de casos que se producen al día y eso puede expandirse al resto del globo. Lo único que intentaría es que no cunda el pánico. Estamos en una situación totalmente diferente de la que vivimos hace un par de años y por lo tanto no creo que debamos de estar sobrepreparados.

Es importante que sepamos exactamente qué nos está llegando y en ese sentido la vigilancia epidemiológica de las variantes que podemos detectar en los pasajeros que pueden venir desde China es importante, pero repito, se están produciendo muchos casos en el país ahora mismo y no deberíamos de estar preocupados porque nuestra población está muy bien protegida.

IS: La verdad es que echando la vista atrás y viendo, de nuevo, esas imágenes en China da cierto vértigo. La información del gobierno de Pekín es tan opaca que no podemos saber si estamos ante una nueva variante: ¿ese sería el mayor riesgo para Europa?

Sí, evidentemente. Cuando hay mucha transmisión hay mucho riesgo de que emerjan nuevas variantes. Los virus mutan aleatoriamente y cuando hay muchísima transmisión es cuando mayor es el riesgo de que aparezcan estas nuevas variantes. Pero, afortunadamente y en general, los virus evolucionan hacia versiones más contagiosas pero que causan enfermedades menos graves y eso es lo que hemos visto en los últimos tres años. Por lo tanto, aunque ocurra esto y presumiblemente puede ocurrir si se dan millones de casos cada días, deberíamos confiar en que, lo que probablemente ocurra sea que tengamos virus un poquito más contagioso, pero que causen menos enfermedad grave.