El invierno de la gripe y los resfriados: ¿El frío aumenta el riesgo de enfermar?

Virus hay todo el año, pero en invierno cogemos más gripes y resfriados. ¿Es por el frío? Técnicamente, no. Pero sí tiene mucho que ver.

De toda la vida las madres nos han dicho que nos abriguemos o cogeremos frío y resfriaremos. Pero, si nos ponemos científicos, el frío no hace que enfermemos. Lo que hace que enfermemos son los virus y unas defensas bajas.

¿Por qué enfermamos más cuando hace frío?

El aire frío y las enfermedades respiratorias están conectados. Más de 200 virus causan los síntomas del resfriado, de los cuales alrededor del 30 % son rinovirus. Cuando estos virus entran en el cuerpo, nuestro sistema inmunitario se defiende enviando glóbulos blancos. Pero cuando nuestro organismo no reconoce la cepa de un virus lo más probable es que enfermemos.

Hay estudios que indican que los virus son más resistentes con bajas temperaturas.

Pero, además, con las bajas temperaturas, la mucosa de la nariz se seca y es más frágil, lo cual nos hace más vulnerables a los virus. A todo hay que añadir que el frío puede repercutir negativamente en las defensas, es decir, la respuesta de nuestro sistema inmune es más lenta.

Otro factor a tener en cuenta es que, en invierno, pasamos más tiempo en espacios cerrados, y esto favorece la propagación de los virus respiratorios. Al estornudar o toser, emitimos estos virus, que aterrizan en las superficies que luego tocamos, ya sea una mesa, pomo de la puerta o el teclado del ordenador. Si después de tocar estas superficies nos llevamos la mano a la nariz o la boca, el virus entra en nuestro organismo.

Esto se ve acentuado por las calefacciones y la falta de ventilación, que crean el caldo de cultivo perfecto para los virus que se propagan fácilmente en interiores. Las vías respiratorias se secan, lo cual dificulta las secreciones, y el aire apenas se repone, por lo que, cuando los virus llegan a nuestra nariz o nuestra boca, se encuentran con poca defensa.

En general, también, en invierno el aire es seco, y esa falta de humedad favorece la propagación de los virus.

Abrigarnos nos protege de los resfriados y gripes, en parte

Puesto que el frío debilita nuestro sistema inmunitario, protegernos de las bajas temperaturas abrigándonos bien reduce las probabilidades de enfermar. Aunque abrigarse en exceso también es bueno, puesto que favorece la sudoración y un cambio brusco de temperatura después tendrá un efecto perjudicial.

También hay que recalcar que los resfriados y gripes no afectan igual a toda la población. Los niños y personas mayores suelen ser los más vulnerables a los virus que causan estas patologías. Los primeros, porque tienen un sistema inmunitario menos desarrollado, y los segundos porque sus defensas son más débiles por el paso del tiempo.

Como combatir los virus en invierno

  • La alimentación es clave para fortalecer el sistema inmunológico. Es importante llevar una dieta equilibrada y rica en vitamina C, que además reduce el tiempo de recuperación.
  • Beber mucho líquido.
  • Mantener una temperatura adecuada, sin abusar de la calefacción.
  • Mantener una distancia segura con las demás personas, ventilar o usar mascarillas pueden ser algunas medidas eficaces para evitar contagiarnos en espacios cerrados, así como vigilar la humedad y la temperatura en casa y el entorno de trabajo.
  • Lavarse las manos frecuentemente, puesto que tocamos muchos objetos a lo largo del día y esto facilita que podamos contagiarnos.