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El postre no siempre es necesario ingerirlo. Así lo defiende en una entrevista con Infosalus el dietista-nutricionista Pablo Zumaquero, quien precisamente trata este asunto en 'El lunes ya empiezo la dieta' (Planeta), una "guía para comer mejor", y en la que defiende que el postre "es totalmente opcional".
"No es ni bueno, ni malo, y a veces, incluso, es absurdo. Suele estar previsto por si yo me he quedado con hambre porque no he medido cantidades, o porque no he terminado de saciarme", indica este experto.
Puede ser un postre saludable, tipo fruta, yogur, queso, nueces, frutos secos, según recomienda Zumaquero, pero insiste en que si nos quedamos satisfechos tras la comida, no debemos intentar comer un postre solo por pensar que esto es saludable, "porque no lo es".
"Sí o sí es un error de contexto que no tiene mucho sentido y aunque sea saludable si lo repetimos mucho se convierte en un exceso calórico que no tiene mucho sentido", remarca este dietista-nutricionista.
Por otro lado, Zumaquero defiende que si vamos a tomar postre siempre es mejor comerse una mandarina, pero si puntualmente ingerimos un tocino de cielo, un día puntual, y por placer, no pasa nada. "Pero me refiero más a nivel cotidiano. Estas personas en una falsa creencia que es bueno lo meten con calzador el postre y esto no debe ser así", destaca.
Así, insiste en que si se está lleno no hay por qué comer el postre, aunque sea saludable, y por cambiar de un sabor salado a uno dulce que puede aportar este último plato: "No tomes nada de postre si estás lleno y, si puedes, el próximo día añade más cantidad de comida sana a tu plato y decide si quieres el postre por hambre o por gula. Lo normal es que no te apetezca por ejemplo después de un cocido, y sí después de un gazpacho".
Con ello, este experto en Nutrición valora que siempre hay mejores y peores opciones en el caso de que precisemos de un postre. Destaca que una de las opciones más saludables es la fruta y hay que quitar el mito de que es mala de postre también, según advierte.
"El orden en el que metas la comida no importa. Igual que si metes un yogur, un fruto seco. Para el día a día fruta, algún lácteo, tipo yogur, cuajada, queso fresco, incluso batido, café con leche, infusión, algún puñado de frutos secos, o un chocolate negro", detalla Zumaquero.