El ejercicio que hacías de niño y que beneficia a tu corazón a partir de los 60
Se trata de una de las actividades más completas para el cuerpo humano y de las más beneficiosas para los adultos mayores
Este ejercicio ayuda a prevenir diversas enfermedades, especialmente las relacionadas con el corazón
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A medida que cumplimos años, mantenernos físicamente activos es crucial para mantener un estado de salud óptimo. La OMS recomienda que los adultos mayores realicen al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad intensa a la semana, combinado con ejercicios de fuerza, para poner freno a la pérdida de masa muscular, la fragilidad ósea y, especialmente, los problemas cardiovasculares.
Lo bueno es que para proteger el corazón no es necesario que te lances a correr maratones o a nadar kilómetros, ni tampoco tienes por qué machacarte en el gimnasio con máquinas costosas ni rutinas complejas. Existen opciones más accesibles y seguras que pueden ofrecer mejores resultados, como por ejemplo, un ejercicio que casi todos practicamos en algún momento de nuestra infancia con una sonrisa en la cara y para el que no necesitas más que una cuerda y un poco de espacio: saltar a la comba.
Menor impacto en las articulaciones
Lejos de ser solo un simple pasatiempo para niños, el salto de cuerda es una de las actividades más completas para el cuerpo humano, y, desde luego, muy beneficiosa para los adultos mayores, según concluía un estudio publicado en 'Sports Medicine'. A diferencia de correr, que puede tener un alto impacto para las articulaciones, especialmente en rodillas y caderas, saltar a la cuerda es un ejercicio que puede adaptarse a las capacidades individuales de cada uno. Es decir, se puede saltar a un ritmo lento y constante para usarlo como cardio de bajo impacto, o aumentar la intensidad saltando con las rodillas en alto haciendo saltos dobles.
Mejora la circulación sanguínea
El principal beneficio para el corazón de un adulto de este ejercicio es su capacidad para mejorar la circulación sanguínea, aumentando la eficiencia del sistema cardiovascular. Este ejercicio eleva la frecuencia cardíaca de manera controlada y mejora la capacidad del corazón para bombear sangre, lo que optimiza el transporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos del cuerpo, previniendo enfermedades como la hipertensión, el colesterol alto y la arteriosclerosis, eliminando toxinas y reduciendo el riesgo de coágulos sanguíneos.
Por supuesto, el salto de cuerda también tiene un impacto positivo en la capacidad pulmonar, mejorando la eficiencia respiratoria, y trabaja en la mejora de la coordinación, el equilibrio y la agilidad, lo que reduce la probabilidad de caídas, ayudando a mantener la independencia de los adultos mayores. Además, el movimiento repetitivo de saltar a la comba hace trabajar los músculos de los brazos y las piernas, quema calorías y, no menos importante, nos aporta unas necesarias dosis de alegría.
Cómo saltar a la cuerda a partir de los 60
Si deseas retomar este juego de la infancia con un nuevo propósito es importante que tengas claro que no se trata de coger una cuerda y ponerte a saltar como si tuvieras diez años. Es importante que sigas algunas pautas. Para empezar, consulta con un médico antes de comenzar cualquier rutina de ejercicio, especialmente si existen condiciones preexistentes como problemas cardíacos o articulares.
Después la clave está en adaptar el ritmo y la intensidad a nuestra capacidad actual Es fundamental iniciar con sesiones cortas, de entre 30 segundos a un minuto, y aumentar gradualmente el tiempo a medida que el cuerpo se adapta. También conviene calentar adecuadamente antes de cada sesión para prevenir lesiones. Siempre con un calzado adecuado, una cuerda del tamaño correcto y, si es posible, sobre una superficie que amortigüe el impacto.
También es conveniente mantener una buena postura durante los saltos, que deben ser cortos, para cuidar las articulaciones y maximizar el beneficio cardiovascular: espalda recta, abdomen activado y aterrizajes suaves. Si vas a adoptar este ejercicio a tu rutina, es necesario que lo hagas regularmente. Cuenta más la constancia que la cantidad.
