INFLAMACIÓN INTESTINAL

Las señales invisibles de que sufres inflamación intestinal: "Muchas personas conviven con ella sin saberlo"

Magda Nezda
La dietista Magda Nedza.Penguin Random House Grupo Editorial
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Cada 19 de mayo se celebra el Día Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) para concienciar sobre las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, entre las que están la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Este año, la ACCU ha lanzado una campaña de dos semanas de duración con el objetivo de visibilizar la realidad de convivir con una EII, combatir el estigma y la desinformación, romper barreras sociales y generar conversación pública y digital.

Mediante vídeos dinámicos y participativos, el periodista y reportero Miguel Martín Puivecino ha salido a la calle para interactuar con transeúntes a través de juegos, retos y preguntas directas sobre la EII y sus múltiples dimensiones, recogiendo reacciones espontáneas y acercando esta patología invisible al conocimiento colectivo. Uno de los formatos más llamativos, el “Reto de la urgencia’’, pone a prueba en tiempo real la dificultad de encontrar un baño accesible ante la urgencia e incontinencia que conlleva la patología.

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Como explican, hay distintos factores genéticos, ambientales y del sistema inmunológico que pueden influir, pero la causa de la EII es aún desconocida. Hoy en día, el pico de diagnósticos gira en torno a los 15-35 años, pero puede aparecer a cualquier edad, y afecta a más de 360.000 personas en nuestro país, lo que representa casi el 1% de nuestra sociedad.

Aunque la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son las más conocidas, la inflamación sostenida en el tiempo puede provocar otras enfermedades intestinales como las enfermedades autoinmunes (tiroiditis de Hashimoto, psoriasis, artritis reumatoide, lupus, etc.), los trastornos metabólicos como la resistencia a la insulina, obesidad o diabetes tipo 2, afecciones dermatológicas como eccemaS o acné persistente o problemas neuroemocionales (ansiedad, depresión o incluso deterioro cognitivo, por la relación tan estrecha entre intestino y cerebro). Como ya decía Hipócrates: Toda enfermedad comienza en el intestino”.

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¿Cuáles son los síntomas más comunes? 

Magda Nedza, dietista integrativa especializada en inflamación, salud digestiva y alimentación antiinflamatoria, explica en una entrevista a Informativos Telecinco que la inflamación crónica de bajo grado es una respuesta silenciosa y persistente del sistema inmunológico. A diferencia de una inflamación aguda, como cuando te haces una herida y se enrojece la zona, esta inflamación no da señales claras ni visibles, pero actúa lentamente en el cuerpo, afectando a distintos órganos y sistemas. 

"Muchas personas conviven con ella sin saberlo, ya que sus síntomas son difusos: cansancio constante, niebla mental, problemas digestivos, dolores articulares, cambios de humor o incluso dificultad para perder peso. Es como un fuego de baja intensidad que sigue activo y, si no se identifica a tiempo, puede favorecer el desarrollo de enfermedades metabólicas, autoinmunes o digestivas".

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Para abordarla en profundidad, la experta ha escrito una guía muy completa. 'La inflamación bajo control' (Ediciones B) cuenta con explicaciones claras sobre la inflamación y su impacto en la salud, la listas de alimentos antiinflamatorios por temporada, menús equilibrados y deliciosos, y más de 40 recetas fáciles y saludables. "La alimentación antiinflamatoria parte de un principio muy simple: darle al cuerpo lo que reconoce como alimento real. Es decir, alimentos completos, de origen natural, no procesados ni alterados artificialmente", añade.

¿Cómo debería ser una buena alimentación antiinflamatoria?

Magda Nedza, en este sentido, recomienda verduras de todos los colores, especialmente de hoja verde y crucíferas como el brócoli; frutas, porque están llenas de antioxidantes y vitaminas, como por ejemplo, los frutos rojos; también grasas antiinflamatorias como el aceite de oliva virgen extra, nueces, semillas de lino o chía, y aguacate, y proteínas de calidad como el pescado azul (por su contenido en omega-3), huevos ecológicos, carne de aves de calidad, un consumo puntual de carne roja de pastoreo, y legumbres bien cocinadas. 

Si nos centramos en las especias y las plantas, la reina de todas ellas es la cúrcuma mezclada con pimienta negra, el jengibre, la canela o el romero; y subraya que es importante añadir fermentados naturales como el chucrut, kéfir o yogur natural. "Además, una buena hidratación y reducir al mínimo los productos ultraprocesados".

Actualmente hay mucha confusión e información acerca del consumo de cereales y los azúcares. En este sentido, la dietista recomienda no consumir cereales refinados (harinas blancas, panes industriales, cereales de desayuno azucarados) porque tienden a provocar picos de glucosa en sangre, alteran la microbiota intestinal y favorecen un entorno inflamatorio. 

"Es importante priorizar fuentes de carbohidratos más nutritivas y digestivas, como los tubérculos (patata, boniato, yuca), especialmente cuando se cocinan y se dejan enfriar para formar almidón resistente. Este almidón, al fermentar en el colon, produce ácido butírico, un potente antiinflamatorio natural que alimenta a las bacterias beneficiosas del intestino y favorece la integridad de la mucosa intestinal", añade. Por tanto, si se consumen cereales deben ser integrales y de buena calidad como el trigo sarraceno, arroz, quinoa, centeno o la avena. Y en el caso del pan, mejor si es de masa madre y fermentación lenta, ya que resulta mucho más digestivo, tiene un menor impacto glucémico y es más nutritivo. 

Nuestro cuerpo no está diseñado para este ritmo de vida moderno

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Con respecto a los azúcares, ¿qué opina? "Debemos distinguir entre el azúcar añadido (presente en bollería, bebidas, snacks, etc.) y el que forma parte naturalmente de los alimentos, como el de la fruta. El primero sí está estrechamente vinculado con procesos inflamatorios. Por eso, recomiendo reducir al mínimo el consumo de productos que lo contengan. Hay que saber que el azúcar añadido suele esconderse bajo muchos otros nombres en las etiquetas: jarabe de glucosa, jarabe de maíz, azúcar invertido, dextrosa, maltosa, fructosa, miel, sirope de agave o de arroz, entre otros. Leer bien los ingredientes es clave para detectarlos y reducir su presencia en nuestra alimentación diaria".

¿Por qué hay tantos casos de inflamación actualmente?

Últimamente es común escuchar en personas de nuestro entorno que padecen inflamación y que tienen problemas intestinales. ¿Por qué hay tantos casos ahora? La mayoría de especialistas tienen claro que el nivel de vida que llevamos en la actualidad no favorece para nada una buena salud intestinal. "Vivimos en un entorno inflamatorio: mala calidad de sueño, estrés crónico, sedentarismo, exposición a tóxicos ambientales, dieta moderna basada en productos industriales y ultraprocesados… Todo eso desequilibra la microbiota intestinal y activa el sistema inmune de forma constante", dice Magda Nedza, autora de 'La inflamación bajo control'. 

Y termina: "La desregulación de nuestros ritmos circadianos —por ejemplo, con cenas tardías, uso excesivo de pantallas o falta de exposición a la luz natural— también impacta negativamente en la salud intestinal y el sistema inmune. Todo esto crea el "caldo de cultivo perfecto" para una inflamación persistente que, si no se detecta y se corrige, termina generando enfermedades. Nuestro cuerpo no está diseñado para este ritmo de vida moderno".