Sofía Giaquinta, nutricionista: "Hacer actividad física es fundamental para la salud, pero no garantiza una pérdida de peso"

¿Qué método es efectivo realmente para perder peso? Lo resolvemos con la nutricionista Sofía Giaquinta
En España, 7 de cada 10 personas (72%) han intentado adelgazar al menos una vez en su vida
El peligro de los ultra procesados: cada 100 gramos, aumenta la probabilidad de padecer diferentes enfermedades
En España, donde el 52% de la población adulta presenta sobrepeso u obesidad, 7 de cada 10 personas (72%) han intentado perder peso al menos una vez en su vida y lo han hecho, de media, unas siete veces, con diferencias significativas entre sexos: las mujeres tratan de adelgazar el doble de veces que los hombres y la media de pérdida en cada intento es de 6 kilos. Estos son algunos de los datos del informe presentado por la Fundación MAFRE, 'Estrategias Rápidas de Pérdida de Peso en la Población Española', este mes de abril. El estudio, realizado a partir de 3.150 entrevistas a mayores de 18 años, tiene como objetivo analizar la percepción de los ciudadanos acerca de las estrategias de pérdida rápida de peso, identificar los factores que les influyen y evaluar sus implicaciones en la salud y en el mantenimiento del peso a largo plazo.
"Aunque la evidencia científica respalda que la combinación de dieta y ejercicio es la mejor estrategia para perder peso, muchas personas recurren a métodos más drásticos y sin soporte científico. De hecho, según el informe, el 43% de los encuestados reconoce que ha eliminado los hidratos de carbono de su dieta; que ha utilizado productos dietéticos (13%); que se ha saltado dos o más comidas al día (12%); y que ha consumido laxantes, diuréticos y pastillas no recetadas (8%)", subrayan en el informe.
Pero, ¿qué es efectivo realmente para perder peso? Como explica la nutricionista Sofía Giaquinta, el control de peso no debería ser el principal objetivo sino buscar el bienestar de cada persona. En su libro 'Nutrición sin miedo' (Editorial Montena) desbloquea algunos de los mitos acerca del peso y de la obsesión por la báscula. Es muy común escuchar a una mujer decir que está a dieta, de hecho, el 98% de las mujeres afirma haber hecho alguna vez en su vida.
"La obsesión viene de décadas de cultura de la dieta, marketing, industria farmacéutica y presión estética que nos han enseñado que el valor de una persona depende de su tamaño corporal. Este mensaje se refuerza constantemente en medios, redes y en el sistema sanitario. El enfoque debería moverse hacia la salud integral: trabajar en hábitos que mejoren la calidad de vida sin centrarnos en la báscula como único o principal indicador de éxito o bienestar", explica a Informativos Telecinco.
Según la ciencia, se puede estar gordo y saludable a la vez. ¿De verdad? "Sí, la salud no se puede determinar solo por el peso. Hay personas en cuerpos grandes con muy buenos indicadores de salud metabólica y personas en cuerpos pequeños con problemas de salud importantes. El enfoque HAES (Health at Every Size, o Salud en Todas las Tallas) propone priorizar el bienestar físico y emocional sin centrarse en el peso como objetivo. Nació en los años 90 como respuesta al daño causado por los enfoques centrados en la pérdida de peso, y defiende el respeto corporal, el acceso equitativo a la salud y la promoción de hábitos saludables para todas las personas, independientemente de su tamaño".

Mejores hábitos y menos obsesión por el peso
No es extraño que esta nutricionista proponga un enfoque distinto, desde siempre su trabajo va orientado a desmontar la cultura de la dieta, romper los tabúes sobre la alimentación y mostrar de forma cercana y comprensible la realidad del cuerpo humano. Por eso, ella prioriza los hábitos saludables por encima de la cultura de las dietas. "Desde una perspectiva respetuosa, el objetivo no debería ser “controlar” el peso, sino cultivar hábitos que favorezcan el bienestar: alimentación variada y suficiente, movimiento placentero, gestión emocional, descanso adecuado y reducción del estrés. Cuando el cuerpo recibe cuidados, se regula de forma natural en el rango de peso que es saludable para esa persona, que no siempre coincide con los estándares sociales (la literatura científica detrás de esta afirmación se conoce como 'Teoría del Set Point'). Comer debería ser un acto de conexión, no de control: atendiendo el hambre, el placer y las necesidades individuales".
Y, ¿qué ocurre con el ejercicio? ¿Es realmente útil para bajar de peso? Pues según Sofía, no siempre funciona. "Hacer actividad física es fundamental para la salud, pero no garantiza una pérdida de peso, porque el cuerpo tiende a defender su peso natural (set point) a través de mecanismos hormonales y metabólicos. Además, el ejercicio promueve beneficios cardiovasculares, emocionales y musculoesqueléticos independientemente de que se pierda peso o no. El éxito del movimiento no debería medirse en kilos, sino en salud y calidad de vida".
Demonizar una conducta alimentaria sin entender su contexto perpetúa la cultura de la dieta
Mitos sobre lo que engorda y lo que no
La idea de que comer de noche engorda la hemos escuchado muchas veces, es cierto que comer determinados alimentos de noche no favorece el descanso ni la salud, pero, parece que lo que tiene más importancia es el cómputo global de lo que comemos (y hacemos) durante nuestro día. Si tienes una vida sedentaria y comes mal durante todo el día, seguramente eso repercutirá en tu salud física. Lo más destacable para los expertos es dejar ese margen de una y dos horas entre la última comida y la hora de ir a dormir.
"Lo que importa no es la hora, sino el contexto general de la alimentación y el descanso. Saltarse comidas o restringirse durante el día puede llevar a cenas más copiosas, pero cenar tarde en sí no causa automáticamente un aumento de peso. Además, el cuerpo necesita energía también por la noche para funciones de reparación y regulación. Demonizar una conducta alimentaria sin entender su contexto perpetúa la cultura de la dieta". Entonces, ¿qué hacemos si por la noche tenemos hambre? Lo que recomiendan los expertos es comer productos sanos, evitar los ultraprocesados y no dormir con el estómago lleno.
Otro de los mitos más comunes giran en torno a la salud hormonal femenina. "Quería desmontar la idea de que todos los problemas hormonales se solucionan simplemente bajando de peso. En muchos casos, esta recomendación puede empeorar la situación, especialmente si promueve dietas restrictivas o trastornos de la conducta alimentaria. La salud hormonal femenina está influida por múltiples factores: el estrés, el sueño, el acceso a una alimentación variada, el ejercicio, los ciclos naturales de vida (menstruación, embarazo, menopausia), entre otros. La solución no puede ser siempre "pérdida de peso", sino un enfoque mucho más amplio, respetuoso y adaptado".
Si restringes al máximo el consumo del azúcar, se convierte en un objeto de deseo
El azúcar: ese gran enemigo
En la última década, el azúcar se ha convertido en uno de los mayores enemigos alimentarios. Si nos paramos a pensar, la mayoría de alimentos llevan azúcar, así que eliminarlo por completo, no solo no es correcto sino imposible. ¿Qué debemos tener en cuenta? Primero de todo, que el azúcar no es malo, sí lo es en exceso. "No todos los azúcares son iguales. Los naturales, como los de las frutas o la leche vienen acompañados de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra, que contribuyen a nuestra salud. Sin embargo, los productos etiquetados con "0,0% azúcares" suelen intentar sustituirlo por edulcorantes artificiales, que no son siempre la mejor opción", señala la nutricionista.
La Academia Americana de Pediatría recomienda evitar el azúcar añadido en menores de dos años y apostar, y eso también para mayores, por alimentos sanos como las frutas. Y recuerda, "si restringes al máximo su consumo, se convierte en un objeto de deseo".
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