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Dar a luz puede dejar secuelas en el corazón 15 años después: un estudio revela el peligro de las hemorragias posparto

Mujer embarazada
Mujer embarazada. Pexels
  • Las mujeres que sufren sangrados severos tras dar a luz presentan un riesgo elevado de sufrir enfermedades cardiovasculares

  • Expertos piden una atención médica más prolongada para las mujeres que sufren complicaciones tras el parto

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Dar a luz es, para muchas mujeres, uno de los momentos más intensos y transformadores de sus vidas. Sin embargo, lo que ocurre durante esas horas cruciales puede tener repercusiones duraderas mucho más allá del nacimiento. A menudo, cuando termina el parto y el bebé está en brazos, el foco médico se desvanece, dejando en segundo plano posibles efectos silenciosos sobre la salud materna.

Hoy, la ciencia comienza a prestar más atención a lo que el cuerpo de las madres lleva años intentando comunicar: que ciertos episodios críticos no terminan en la sala de partos, y que proteger el corazón de una madre es también cuidar de su futuro.

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Hemorragias posparto, un riesgo cardiovascular ignorado

Las mujeres que sufren sangrados severos tras dar a luz presentan un riesgo elevado de sufrir enfermedades cardiovasculares que puede extenderse hasta 15 años, según un nuevo análisis de la Universidad de Airlangga(Indonesia), basado en datos de más de 9,7 millones de mujeres de Europa, América del Norte y Asia.

Los resultados, publicados en la revista The Journal of Maternal-Fetal & Neonatal Medicine, revelan que estas mujeres tienen 1,76 veces más probabilidades de desarrollar enfermedades cardíacas y 2,10 veces más riesgo de padecer eventos tromboembólicos, como la formación de coágulos sanguíneos.

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Los hallazgos, que provienen de investigaciones que datan desde 1986, apuntan a que quienes padecen hemorragia posparto (HPP) presentan una mayor vulnerabilidad a accidentes cerebrovasculares, enfermedades coronarias y otros trastornos del sistema circulatorio.

Chequeos simples que pueden marcar la diferencia

Aunque el riesgo es especialmente alto durante el primer año tras el parto, puede persistir durante más de una década, sobre todo en mujeres que han experimentado complicaciones como la preeclampsia.

“Durante mucho tiempo, la HPP se ha considerado una emergencia que finaliza al detenerse el sangrado. Sin embargo, nuestros hallazgos demuestran que puede tener efectos duraderos en la salud cardíaca de la mujer, incluso años después del parto. Creemos que esto realmente exige una perspectiva más amplia de la atención materna, una que no se detenga en el parto, sino que continúe durante los meses y años posteriores”, explicó la doctora Manggala Pasca Wardhana, autora principal del estudio.

Los investigadores señalan que una manera sencilla de mitigar estos riesgos sería incluir controles cardiovasculares de rutina como parte del seguimiento posparto en mujeres que hayan sufrido sangrado grave.

“Estas no son intervenciones costosas, pero podrían marcar una diferencia real en la detección temprana y la prevención de enfermedades más adelante. En general, esperamos que esta investigación ayude a reorientar el enfoque hacia la salud materna a largo plazo. Porque cuando invertimos en el bienestar de las madres después del parto, también invertimos en familias más fuertes y comunidades más sanas", afirman los autores.

Una condición con consecuencias globales y persistentes

Cada año, unas 14 millones de mujeres sufren HPP, responsable de más del 20 % de las muertes maternas a nivel mundial. Más allá del peligro inmediato, cada vez hay más pruebas de que puede dejar secuelas cardiovasculares a largo plazo.

La pérdida severa de sangre afecta la estabilidad hemodinámica, es decir, la capacidad del sistema circulatorio para mantener un flujo adecuado y oxigenar los tejidos, lo que puede desencadenar efectos sistémicos.

La revisión sistemática y el metanálisis, que recopilaron datos de diez estudios realizados entre 1986 y 2018, incluyeron poblaciones de países como Corea del Sur, Reino Unido, Suecia, Canadá, Francia y Estados Unidos, con seguimientos que abarcaron de 3 a 31 años.

Los análisis también revelaron que cuanto más grave era la HPP, especialmente cuando requería transfusiones de sangre, mayor era el riesgo cardiovascular asociado.

“La relación entre el sangrado después del parto y el riesgo para la salud cardiovascular es compleja y multifactorial”, añade el coautor Figih Faizara Ustadi. "Se necesita más investigación para comprender mejor los mecanismos y desarrollar estrategias para la prevención y el tratamiento de estas complicaciones potencialmente mortales, que pueden ocurrir varios años después del parto".

Aunque el estudio es relevante por su enfoque internacional, los autores advierten que su aplicabilidad global es limitada debido a que la mayoría de los datos provienen de países de ingresos altos.

“Este estudio destaca la importancia de abordar las consecuencias a largo plazo de la HPP en la salud de las mujeres a nivel mundial, en particular en los países de ingresos bajos y medios donde la carga de la HPP es mayor y el acceso a la atención posparto puede ser limitado”, sostienen los investigadores.

No obstante, señalan como limitación la ausencia de un análisis regional detallado, debido a la falta de información desglosada según el nivel de ingresos o el sistema de salud. Reconocen además que las desigualdades en el acceso a la atención médica, la calidad de la atención obstétrica de emergencia y la disponibilidad de seguimiento pospartopodrían explicar parte de la variabilidad en los resultados.