Supone una subida neta de 2.364 respecto al año anterior, según estadísticas del Ministerio de Sanidad
Un residente del CETI de Ceuta detenido por agresión sexual a una enfermera del centro
Las agresiones a profesionales sanitarios, sector clave en la sociedad, continúan aumentando en España. En 2024, respecto a 2023, crecieron un 16% más, lo que supone el cuarto incremento consecutivo.
Según las estadísticas del Ministerio de Sanidad en el informe definitivo de agresiones 2024, se registraron un total de 17.070 actos violentos contra este colectivo, lo que supone una subida neta de 2.364 respecto al año anterior, situándose la tasa de notificaciones en 24,61 por cada 1.000 profesionales del Sistema Nacional de Salud (SNS).
La mayor parte de las agresiones a sanitarios, amenazas perpetradas contra mujeres
Según los datos recabados, y como ya se apreciaba de las estadísticas provisionales recabadas en marzo, la mayor parte de estas agresiones constituyen amenazas perpetradas contra mujeres y en el ámbito de la Atención Primaria y extrahospitalario.
Específicamente, el 78 % de las notificaciones proceden de una mujer, que por otro lado constituyen el 76 % del colectivo.
Por edades, el 48 % tienen entre 35 y 55 años y un 30 % son menores de 35.
La mayoría de las agresiones, en la Atención Primaria y Extrahospitalaria
Respecto al nivel asistencial, las agresiones en Atención Primaria y Extrahospitalaria (46,43 por cada 1.000 profesionales) triplican a las contabilizadas en Atención Hospitalaria (15,31).
Por su parte, el personal facultativo (33 %) y el de Enfermería (29 %) son los que reportan un mayor porcentaje.
La mayoría de las denuncias, por insultos o amenazas
En lo relativo a las denuncias, la mayor parte fueron por insultos o amenazas, aunque las agresiones físicas alcanzaron las 2.946, lo que supone un dato considerable en términos absolutos, como resalta el informe, que además advierte que “es probable” que “todavía existan numerosos incidentes violentos que no son comunicados”, a lo que se une el hecho de que “actualmente se ha tenido constancia de la existencia de situaciones violentas e incluso situaciones de acoso en las redes sociales” y telefónico, “modalidades de violencia que requieren de un enfoque diferenciador y multidisciplinar”.
Las agresiones a sanitarios: dónde se producen y el perfil del agresor
Por centros sanitarios, donde más agresiones a sanitarios se producen es en las consultas (40 %), seguidas de la hospitalización (23 %), lugar de atención a la urgencia (14 %), puntos de admisión e información (11 %) y las unidades de salud mental o psiquiatría (9 %).
Un 3 % se produjeron en el domicilio del paciente o en la vía pública, un “dato a destacar, puesto que, aunque no suponga un porcentaje muy elevado, se constituye como una fuente de conflicto a tener en cuenta para establecer medidas preventivas”.
Respecto al motivo que las originan, tienen que ver con la atención percibida por el usuario y las relacionadas con sus demandas (32 % en ambos casos), seguidas de las causas ajenas a la organización o a la asistencia prestada y las relacionadas con el propio acto sanitario o administrativo realizado.
En cuanto al agresor, suele ser el propio paciente (71 %) y, en menor medida, un familiar o acompañante (29 %). Por sexos, el 57 % son hombres y un 43 % mujeres y un 17 % son reincidentes.
Las agresiones a personal sanitario, en aumento pese a los esfuerzos por evitarlo
Atendiendo a estos datos, Sanidad explica que el incremento progresivo de las agresiones obedece a varias razones, entre ellas, "una mayor concienciación del problema por parte de profesionales del ámbito sanitario, junto a una mayor receptividad y respaldo" por parte de las administraciones, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y las Organizaciones Colegiales, lo que hace que se produzcan más denuncias.
También influyen las sucesivas modificaciones y actualizaciones realizadas en los sistemas informáticos autonómicos, que permiten recoger de forma más exhaustiva los datos.
Sin embargo, el aumento es “real”, pese a los “esfuerzos en la colaboración, coordinación y actuación” entre comunidades y los ministerios de Sanidad e interior por evitarlo, lamenta.