Dra. Karen Tang, líder internacional en ginecología: "No hay que normalizar sentir dolor durante las relaciones sexuales"
La Dra. Karen Tang, una de las ginecólogas con mayor reconocimiento internacional, acaba de publicar 'No es histeria'
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¿Sabías que una causa sorprendente de disfunción del suelo púbico es agacharse en los baños públicos en lugar de sentarse? Agacharse de esta forma hace que los músculos del suelo pélvico se tensen de una forma poco natural, lo cual dificulta la relajación de los músculos al tratar de orinar o ir de vientre. Los fisioterapeutas del suelo pélvico recomiendan sentarse directamente en el retrete (tras cubrir el asiento, si se prefiere) o, lo que es aún mejor, utilizar un escalón tipo Squatty Potty, ya que coloca los músculos en el ángulo correcto. Quien habla es la Dra. Karen Tang, ginecóloga, cirujana y activista de la salud femenina, que ha escuchado durante años las mismas historias: mujeres que han recorrido un laberinto de consultas sin encontrar respuestas, cuyos síntomas han sido minimizados o ignorados por un sistema médico que, históricamente, ha tratado la salud ginecológica como un asunto secundario.
Ahora, esta ginecóloga de referencia internacional, ha publicado 'No es histeria' (editorial Diana, 2025), un libro en el que habla sin tapujos de los principales problemas de salud femenina que existen: la falta de libido, dolor en las relaciones sexuales, disfunciones en el suelo pélvico, aborto, problemas de fertilidad, endometriosis... Charlamos con ella para conocer alguna sus recomendaciones.
Pregunta: ¿En algún momento de su vida se verán afectadas por problemas del suelo pélvico la mayoría de las mujeres?
Respuesta: Sí, las mujeres van a experimentar algún problema con el suelo pélvico o algún problema de vejiga, especialmente a medida que envejecen. Si han dado a luz, por ejemplo, en torno a la menopausia, suele ser bastante común. El hecho de pasar por la menopausia puede hacer que las estructuras de soporte pélvico se debiliten y esto puede provocar incontinencia y pérdidas de orina.
P: ¿Cuáles son los síntomas de las primeras disfunciones del suelo pélvico y cuáles son para ti los mejores tratamientos?
R: La disfunción del suelo pélvico suele implicar que la vejiga, los intestinos o el propio sexo no funcionen correctamente. Los músculos se pueden ver demasiado debilitados o demasiado tensionados de forma que no pueden funcionar como deberían. Hay muchos síntomas relacionados con la dificultad para evacuar, estreñimiento o quizá una sensación de no poder orinar completamente o ganas de orinar todo el tiempo, y dolor durante el sexo. Estos son los síntomas típicos y la mayoría se pueden solucionar con fisioterapia.
Siempre que hablamos de opciones de tratamiento hay algún riesgo en las cirugías o en los tratamientos médicos, mientras que la fisioterapia pélvica no tiene prácticamente ningún riesgo y tiene una efectividad muy alta. O sea que, si alguien tiene problemas relacionados con el suelo pélvico, dolor durante el sexo, dolor en general o problemas de incontinencia, sí que recomiendo realizar una exploración y una evaluación del suelo pélvico.
P: ¿Qué tipos de problemas gastrointestinales están relacionados con el suelo pélvico? ¿Por qué pasan desapercibidos para los médicos?
R: Si te imaginas la pelvis, los músculos del suelo pélvico rodean al recto, la vagina y a la uretra, y soportan la vejiga y el recto también. Cuando hay problemas de suelo pélvico, lo que ocurre es que hay un debilitamiento de las paredes y de las estructuras de soporte. Entonces, puede haber una protuberancia del recto o de la vejiga hacia la vagina. Es por eso que hay personas que no pueden evacuar con facilidad.
En muchas ocasiones, los médicos no suelen prestar atención al suelo pélvico y derivan a las pacientes a especialistas gastrointestinales para que les hagan una colonoscopia o se adapten las dietas... Muchos médicos no saben que existen estos músculos pélvicos y, mucho menos, que pueden provocar problemas. En mi consulta suelo hablarles a mis pacientes de estos músculos, que, además, se pueden ejercitar con fisioterapia. Es importe que los ginecólogos sepan hacer las preguntas adecuadas.
P: ¿La incontinencia urinaria está relacionada con el suelo pélvico? ¿Es más frecuente después del parto, verdad?
R: Sí, las causas pueden ser distintas, pero muy a menudo está relacionado con el embarazo y con el parto. Los músculos de alrededor de la vejiga y el esfínter pueden verse afectados y también las fascias, que es la capa que soporta la vejiga. Cuando hay problemas aquí, hay incontinencia. Si buscamos un tratamiento hay que ver qué parte es la que no está funcionando, y cuando lo sabemos, iniciar la fisioterapia. Como he dicho antes, para mí es el primer paso antes de intervenir o iniciar una medicación. De esta forma, ayudamos a fortalecer el suelo pélvico, ayudamos a controlar la vejiga, pero si se trata de un debilitamiento de estas estructuras de soporte, existen intervenciones quirúrgicas para introducir determinados mecanismos que ayudan a este soporte.
P: Como explicas en el libro 'No es histeria', muchas mujeres han normalizado el dolor en las relaciones sexuales. ¿Por qué?
R: El problema es que las mujeres tienen la sensación de que tienen que sufrirlo y ya está. No de que es un problema para el cual existe tratamiento y que no todo el mundo tiene que pasar por ello, por supuesto. En algunos casos puede haber algo de sequedad, puede haber posiciones que provoquen un poco más de dolor, pero nunca un dolor grave. En los casos graves casi siempre hay una causa médica, por ejemplo, en la menopausia o perimenopausia puede haber estrechamiento o sequedad vaginal por los cambios hormonales o puede deberse a endometriosis si la persona es más joven. Siempre se puede hacer algo para prevenir y tratar el dolor, no es algo que haya que soportar y nos quedamos con los brazos cruzados.
Hay muchas poblaciones en las que veo que hay mucho más dolor en las relaciones sexuales, por ejemplo, en las personas de India. Es muy común que tengan vaginismo, que son espasmos musculares que les impiden mantener relaciones sexuales. Las mujeres con este problema acuden a consulta pensando que tienen problemas de fertilidad, cuando el problema viene de la propia penetración. No hay que tolerar el dolor en las relaciones sexuales.
P: ¿Cómo podemos mejorar la excitación y la libido? ¿Es la comunicación con nuestra pareja la mejor opción?
R: Es un tema muy delicado. En el caso de mujeres con la menopausia, siempre digo que la libido es una cuestión muy compleja. No es solamente algo físico u hormonal, sino que también tiene que ver efectivamente con la comunicación con la pareja, el estrés y el bienestar mental. Hay muchas mujeres que si se ven abrumadas por todo lo que tienen que hacer en el día a día, ya no tienen espacio para el sexo o están tan preocupadas que no se puede centrar en el placer sexual. Así que sí, la comunicación con la pareja es importantísima: decirle a nuestra pareja qué necesitamos, qué tipo de estimulación nos gusta, etc.
P: ¿Hay terapias efectivas?
R: Sí, por ejemplo, hormonales. El estrógeno se ha visto que puede mejorar la libido en mujeres, especialmente después de la menopausia, y hay mucha gente que lo desconoce. En Estados Unidos hay otros medicamentos aprobados para tratar la libido, no son muy populares por el precio, pero sí que existen esas opciones. Y después la terapia sexual o la sexoterapia, sobre todo en cuestiones relacionadas con el estrés, en los cambios de humor, problemas en la relación que están suponiendo un obstáculo o son parte del problema... Ver a un sexólogo/a también puede ser una buena opción.
P: En el libro, también hablar del aborto espontáneo y de la culpa que existe. Muchas mujeres creen que tienen algo que ver cuando, en realidad, no depende ellas, ¿no es cierto?
R: Sí, el aborto espontáneo normalmente tiene que ver con un problema del embrión, no con algo que haya hecho la persona, que lo haya causado y que podría haber evitado si se hubiese relajado más o si hubiese comido mejor. Una de las respuestas más comunes ante los abortos espontáneos es que la persona se culpa a sí misma porque no ha podido evitarlo, y eso no es cierto. Es muy importante también tranquilizar a la gente porque un aborto espontáneo o incluso dos o tres no implican más probabilidades o menos probabilidades de tener un embarazo normal después. Es verdad que podemos prevenirlo revisando los pólipos, los miomas o algunas cuestiones hormonales como la tiroides. Si una persona ha tenido dos o más abortos, es importante que se asesore con su especialista para ver qué puede revisar, pero son bastante más normales de lo que creemos. En algún momento, hay un gran porcentaje de mujeres que va a tener un aborto. Pero como hay vergüenza y culpa, no se habla de ello.