Verano

¿Cuándo sudar en verano deja de ser normal y se convierte en un problema?

Cuándo sudar en verano deja de ser normal
El sudor no siempre es inocente. GETTY IMAGES
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Sudar en verano es tan natural como las reuniones en las terrazas de los bares o los helados. Y además es necesario, ya que se trata del mecanismo natural con el que nuestro cuerpo regula su temperatura, evitando que suba demasiado. Que haya que ducharse más frecuentemente o usar más desodorante es un mal menor. Sin embargo, esas gotas a veces pueden ser síntomas de alerta: no todo sudor es inocente.

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Romper a sudar es perfectamente normal durante la práctica de ejercicio, en ambientes calurosos o húmedos o después de ingerir comidas muy calientes o picantes. En estos casos, el sudor se detiene cuando descansamos, nos hidratamos o nos ponemos al fresco. El problema comienza cuando la sudoración excesiva se presenta en contextos menos usuales.

Si goteas en reposo, en lugares frescos o durante la noche, puede ser que padezcas una condición médica llamada hiperhidrosis que se caracteriza por una sudoración excesiva y que va más allá de lo que sería necesario para mantener la temperatura corporal. En España, se estima que entre el 3% y el 5% de la población la padece, lo que equivale a más de un millón de personas. No pone en riesgo la vida pero sí puede impactar considerablemente en la calidad de la misma.

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Impacto en tu calidad de vida

En la hiperhidrosis, las glándulas sudoríparas están hiperactivas. Esto significa que el sistema nervioso autónomo envía señales excesivas a estas glándulas, aun cuando el cuerpo no necesita enfriarse. Este exceso puede afectar áreas específicas como las palmas de las manos, plantas de los pies, axilas, la cara o presentarse de forma generalizada, lo cual puede generar ansiedad, vergüenza y trastornos sociales y laborales. Hay quienes evitan dar la mano por miedo a que esté empapada, quienes se cambian varias veces de ropa al día o quienes rechazan asistir a reuniones o eventos sociales por temor a que el sudor deje manchas visibles en su ropa.

¿Cómo se combate esto? Afortunadamente, existen soluciones eficaces para gestionar esta situación. Mar Santamaria, Responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, explica cómo actuar ante una sudoración que va más allá de lo habitual en verano.

En casos leves o moderados

El tratamiento depende de la gravedad y el tipo de hiperhidrosis, pero en los casos leves o moderados el uso de productos antitranspirantes pueden ser muy eficaces. A diferencia de los desodorantes, que se limitan a camuflar el olor, los antitranspirantes que contienen sales de aluminio actúan directamente sobre las glándulas sudoríparas para reducir la cantidad de sudor secretado.

En casos de hiperhidrosis la higiene diaria cobra más importancia. Conviene usar productos limpiadores formulados con prebióticos para ayudar a reequilibrar el microbioma de la piel y reducir el mal olor corporal.

Cuando el problema va más allá

Si el problema persiste sería importante acudir a un profesional sanitario. No es tan raro que esa sudoración excesiva esté relacionada con el consumo de ciertos medicamentos. El médico deberá ser quien valore posibles ajustes o alternativas. Existen tratamientos como las inyecciones de toxina botulínica, que bloquean temporalmente la señal nerviosa que activa la sudoración, o la iontoforesis, que utiliza corriente eléctrica suave para reducir la actividad de las glándulas, especialmente en manos y pies.

En casos extremos, se recurre a intervenciones quirúrgicas como la simpatectomía torácica endoscópica, que consiste en interrumpir los nervios que estimulan la sudoración. Sin embargo, esto puede tener riesgos y efectos secundarios.

Lo positivo es que no tienes por qué resignarte a que este compañero pegajoso e invisible te amargue la vida. No estás condenado a vivir con las manos mojadas y con miedo a cualquier apretón de manos. Hoy en día hay tratamientos para todos los niveles de hiperhidrosis. Consultar a tu médico o dermatólogo puede marcar una diferencia real.