Estado de salud

La receta más simple contra la hipertensión ayuda a reducir el riesgo de ictus o infartos

La receta para combatir la hipertensión arterial y reducir el riesgo de eventos cardiovasculares, según un estudio con más de 36.000 personas
Un médico comprueba la tensión arterial de un paciente. Europa Press
Compartir

La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo para sufrir infartos, ictus e insuficiencia cardíaca, según detallan los expertos, que apuntan a la necesidad de vigilarla y mantenerla bajo control.

Al respecto, un nuevo estudio que ha analizado datos de más de 36.000 personas con presión arterial alta apunta que no siempre se requieren grandes sacrificios ni rutinas extremas para combatir la hipertensión.

PUEDE INTERESARTE

Una acción simple, pero clave frente a la hipertensión arterial

Concretamente, el estudio, –realizado por investigadores australianos y publicado este jueves por la Sociedad Europea de Cardiología–, defiende que dar más pasos, incluso por debajo del objetivo diario recomendado de 10.000 pasos, y caminar más rápido, se asocia con una reducción significativa del riesgo de sufrir problemas importantes del corazón y los vasos sanguíneos.

Publicado en el 'European Journal of Preventive Cardiology', sostiene que, en comparación con un recuento diario de 2.300 pasos, cada 1.000 pasos adicionales se asoció con una reducción del 17% en el riesgo de desarrollar un evento cardiovascular adverso mayor (MACE), hasta 10.000 pasos.

PUEDE INTERESARTE

Además, los pasos adicionales por encima de 10.000 se asociaron con un menor riesgo de accidente cerebrovascular.

La importancia de la actividad física frente a futuros eventos cardiovasculares graves

Según inciden, aproximadamente 1.280 millones de personas en todo el mundo padecen hipertensión arterial, lo que aumenta su riesgo de padecer enfermedades cardíacas (49%), accidentes cerebrovasculares (62%) e insuficiencia cardíaca (77-89%).

Hasta ahora, no se ha determinado con certeza cuánto deben aumentar su actividad física las personas con hipertensión para reducir el riesgo de eventos adversos cardiovasculares graves (EAC). El estudio, en este sentido, defiende que es “uno de los primeros en demostrar una relación dosis-respuesta entre el recuento diario de pasos y problemas graves del corazón y los vasos sanguíneos”.

“En resumen, descubrimos que, si se vive con hipertensión arterial, cuanto más se camina con mayor intensidad, menor es el riesgo de sufrir futuros eventos cardiovasculares graves", señala el profesor Emmanuel Stamatakis, director del Centro de Investigación de Dispositivos Portátiles Mackenzie de la Universidad de Sídney (Australia), quien supervisó el estudio.

"Estos hallazgos respaldan el mensaje de que cualquier cantidad de actividad física es beneficiosa, incluso por debajo del objetivo diario ampliamente recomendado de 10.000 pasos", añade.

Los participantes del estudio, bajo seguimiento durante casi ocho años

Para el estudio, se analizaron los datos obtenidos de 32.192 personas que participaron en un subestudio del estudio UK Biobank. Se les había diagnosticado hipertensión arterial y aceptaron usar un acelerómetro en la muñeca durante siete días consecutivos para medir la distancia y la velocidad de sus caminatas. Los datos de los acelerómetros se recopilaron entre 2013 y 2015.

La edad promedio fue de 64 años y se realizó un seguimiento de los participantes durante casi ocho años, lo que proporcionó a los investigadores datos de 283.001 personas al año. Durante este tiempo, se registraron 1.935 casos de problemas cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Un 24% menos de riesgo de ictus y del 22% de insuficiencia cardiaca

Además de una reducción del 17% en el riesgo general por cada 1.000 pasos adicionales al día, los investigadores encontraron una reducción del 22% en la insuficiencia cardíaca, del 9% en el riesgo de infarto y del 24% en el riesgo de accidente cerebrovascular.

Ello supone, según señalan, que cada aumento de 1.000 pasos al día se asoció con una reducción media del riesgo absoluto de MACE de 31,5 eventos por cada 10.000 personas al año; una reducción media del riesgo absoluto de 7,2 eventos de insuficiencia cardíaca por cada 10.000 personas al año; una reducción media del riesgo absoluto de 9,9 infartos de miocardio (ataques cardíacos) por cada 10.000 personas al año; y una reducción media del riesgo absoluto de 10,4 accidentes cerebrovasculares por cada 10.000 personas al año.

La intensidad promedio (media) de los 30 minutos de caminata más rápida al día fue de 80 pasos por minuto, lo que se asoció con una reducción del 30% en el riesgo de eventos adversos cardiovasculares graves (MACE). No se observó evidencia de daño en personas cuyos 30 minutos de caminata o carrera más rápida superaron los 130 pasos por minuto.

Personas sin hipertensión registraron resultados similares

Además, los investigadores destacan que obtuvieron resultados similares al analizar a 37.350 personas sin hipertensión. Cada aumento de 1.000 pasos en el recuento diario de pasos resultó en una reducción promedio del riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE), insuficiencia cardíaca, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares del 20,2%, 23,2%, 17,9% y 24,6%, respectivamente.

"Nuestros hallazgos ofrecen a los pacientes objetivos accesibles y medibles para la salud cardíaca, incluso por debajo de los 10.000 pasos diarios. Los profesionales sanitarios deben promover la actividad física como parte de la atención habitual, especialmente en pacientes con hipertensión arterial”, inciden, llamando a aplicar estos resultados en el tratamiento de los pacientes.

“Nuestros resultados pueden servir de base para nuevas recomendaciones de salud pública adaptadas a estos pacientes. Las futuras recomendaciones sobre la marcha en personas con hipertensión arterial podrían considerar promover una mayor intensidad de marcha", explica el profesor Stamatakis.

Al respecto, además, argumentan que los puntos fuertes del estudio incluyen el gran número de pacientes, el uso de acelerómetros para proporcionar información detallada sobre el número de pasos y la velocidad, y el uso de datos de registros nacionales de Inglaterra, Gales y Escocia sobre muertes y causas de muerte.

Las limitaciones, por otro lado, incluyen el hecho de que la actividad física se midió solo cuando las personas se unieron por primera vez al estudio y no incluyó ningún cambio posterior en el comportamiento.

En ese sentido, los investigadores señalan que sus hallazgos solo pueden mostrar que existe una asociación entre caminar más lejos y más rápido y mejores resultados de salud, no que cause estos mejores resultados. Sin embargo, realizaron análisis exhaustivos para minimizar el riesgo de lo que se denomina "causalidad inversa" (en la que, en este caso, los problemas de salud podrían estar causando tanto una reducción en la actividad física como un aumento en los eventos de enfermedades cardíacas).