Los secretos del yogur de la longevidad de María Branyas que vivió 117 años: ya reciben llamadas de medio mundo

Una imagen de María Branyans con su yogur preferido. Telecinco
  • Un estudio científico español revela los factores que contribuyeron a los 117 años de vida de la persona más longeva del mundo

  • María vivió 117 años en los que tuvo un rutina que repitió todos y cada uno de sus días: comerse un yogur y siempre de la misma marca

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María Branyas, la mujer más longeva de mundo falleció a los 117 años. Antes de morir pidió a la ciencia que la estudiasen para revelar el secreto de su longevidad. Biológicamente era 23 años más joven que su propia edad, tenía una genética privilegiada, buena alimentación, hizo deporte y se mantuvo cerca de los suyos. Tampoco fumaba ni bebía.

El estudio, liderado por el reconocido médico Manel Esteller, analizó diversas muestras biológicas obtenidas de María Branyas antes de su fallecimiento en agosto de 2024. Los investigadores compararon estos resultados con los de otras personas centenarias, identificando patrones únicos en su organismo. Y ahora han publicado sus resultados.

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Una lotería genética y una rutina saludable ha sido claves, pero en la recta de la longevidad María había decidido simplificarnos la búsqueda: tres yogures al día.

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Un sistema digestivo en óptimas condiciones y con una microbiota intestinal de primera

María vivió 117 años en los que tuvo un rutina que repitió todos y cada uno de sus días: comerse un yogur de la marca La Fageda y siempre de la misma marca. Aunque los investigadores no han establecido una relación causal directa entre el consumo de este producto y la extraordinaria longevidad de Branyas, los hallazgos sugieren que podría haber contribuido significativamente a mantener su sistema digestivo en óptimas condiciones.

Lo que hace especial a este yogur son las cepas específicas de bacterias que contiene, valoradas por sus propiedades antiinflamatorias y sus efectos positivos en la microbiota intestinal.

Diversos estudios previos habían establecido conexiones entre la composición de la microbiota intestinal y la longevidad, pero el caso de Branyas proporciona evidencia valiosa por tratarse de la persona más longeva documentada recientemente. Es una prueba más de que la composición bacteriana intestinal puede ser clave para la salud y la longevidad.

Lo más destacable con María Branyas fue el descubrimiento de un sistema inmune particularmente fuerte y un microbioma intestinal con características propias de una persona mucho más joven, lo que sugiere que su cuerpo mantenía funciones vitales con un envejecimiento significativamente más lento que el promedio.

Fermentación y cuidado de los animales, clave en La Fageda

La Fageda cuenta con algunas cepas de bacterias en sus productos que son especialmente valorados por sus efectos antiinflamatorios y sus beneficios en la microbiota intestinal.

En La Fageda cuidan mucho a sus vacas para tener una leche extraordinaria. Como cuenta a Informativo Telecinco Albert Curós, responsable de su ganadería: "Apostando por el bienestar de las personas, pero también de los animales", informan Laura Esteban, L. Sólvez y Marc Saus.

Otra de las claves de su éxito es el proceso de fermentación y el mix de fermentos, que están pensados para que el yogur mantenga el máximo nivel de bacterias vivas durante toda su vida útil.

Medio mundo en busca del yogur de la longevidad

Y así, será casualidad, sí, pero el afán tan humano de perseguir la longevidad ha llevado a que esta empresa, en Giron, que además tiene un importante calado social, esté recibiendo un aluvión de llamadas también desde el extranjero. Lo que nació como proyecto social se convierte en mina de oro de la salud en el imaginario colectivo. El yogur, por el momento, no se vende fuera de España.

Aquí es donde la historia salta de la anécdota a la leyenda. "Nos contactaron, sobretodo consumidores finales para ver dónde vendíamos el producto. Tomar yogures ayuda seguramente, pero yo creo que no es el único motivo, seguramente, no", dice Silvia Domènech, directora general de La Fageda, con honestidad absoluta.

La fábrica no sólo produce lácteos, también oportunidades. Entre sus ingredientes destacan la inclusión social y dignidad. Mariluz creció y vio crecer el proyecto, hizo los primeros yogures. Porque La Fageda no es solo una marca de alimentación. Es un proyecto social pionero que nació en 1982 en el Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrocha, en el prepirineo catalán.

"Existimos para dar oportunidades laborales a personas vulnerables", explica Domènech. "Empezamos atendiendo a personas con discapacidad intelectual y trastorno mental, y ahora también trabajamos con colectivos en riesgo de exclusión". Mariluz es un ejemplo. Creció y vio crecer el proyecto, hizo los primeros yogures y no sabía lo que era trabajar antes. Y ahora sabe además, que el producto que ayuda a crear también beneficia a otros.