Estado de salud

¿Es la Generación X adicta a los alimentos ultraprocesados?

¿Es la Generación X adicta a los alimentos ultraprocesados?
De la comida casera tradicional a las soluciones rápidas. GETTY IMAGES
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Los miembros de la Generación X, aquellos nacidos entre mediados de los años 60 y principios de los 80, vivieron durante su infancia y juventud un cambio radical en los patrones de consumo. La incorporación de las mujeres al mercado laboral y los horarios familiares fragmentados provocaron una transición desde la comida casera tradicional a las soluciones rápidas. Sopas instantáneas, congelados, embutidos y snacks se asociaron a un estilo de vida urbano y 'moderno', y pasaron a formar parte de su dieta habitual. Sin embargo, detrás del atractivo envoltorio se escondía un cóctel de azúcares, grasas hidrogenadas y aditivos que alteró los hábitos alimentarios de toda una generación, impactando decisivamente en su salud.

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Ahora un estudio realizado por un equipo de la Universidad de Michigan (UM), en EEUU y publicado en la revista Addiction concluye que el 21% de las mujeres y el 10% de los hombres de la Generación X y 'boomers' tardíos cumplen los criterios de adicción a los alimentos ultraprocesados altamente gratificantes, como dulces, comida rápida y bebidas azucaradas. La investigación se basa en datos representativos a nivel nacional de más de 2.000 estadounidenses mayores encuestados por la Encuesta Nacional sobre Envejecimiento Saludable de la UM.

Esta tasa es mucho mayor que la de los adultos que crecieron una o dos décadas antes y solo se familiarizaron con los ultraprocesados en la edad adulta. Así, entre los adultos de 65 a 80 años, solo el 12% de las mujeres y el 4% de los hombres cumplen con los criterios de adicción a este tipo de alimentos. Los investigadores se valieron de la Escala de Adicción a la Comida de Yale modificada 2.0 (mYFAS 2.0), que indaga sobre 13 experiencias con alimentos y bebidas ultraprocesados que definen la adicción, como fuertes antojos, intentos repetidos e infructuosos de reducir el consumo, síntomas de abstinencia y evitación de actividades sociales por miedo a comer en exceso.

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Consecuencias en la salud

"Los adultos mayores de hoy se encontraban en un período clave de su desarrollo cuando el entorno alimentario de nuestro país cambió. Dado que otras investigaciones muestran una clara relación entre el consumo de estos alimentos y el riesgo de enfermedades crónicas y muerte prematura, es importante estudiar la adicción a los alimentos ultraprocesados en este grupo de edad", señala Lucy K. Loch, estudiante de posgrado del Departamento de Psicología de la UM.

Las estadísticas son contundentes: la Generación X presenta índices elevados de sobrepeso, diabetes tipo 2, hipertensión y colesterol alto, en buena medida asociados al consumo excesivo de ultraprocesados. El exceso de alimentos industriales ha desplazado el consumo de frutas, verduras y legumbres, afectando también la microbiota intestinal y, por tanto, la salud digestiva y mental. No es casualidad que muchos expertos relacionen el aumento de la fatiga crónica, la ansiedad y los trastornos del sueño con patrones alimentarios poco equilibrados.

Diferencias por género

A diferencia de los trastornos tradicionales por consumo de sustancias, que históricamente han sido más comunes en hombres mayores, la adicción a los ultraprocesados muestra una mayor prevalencia en mujeres mayores, quizás a causa de la agresiva publicidad de alimentos ultraprocesados dietéticos dirigida a ellas en la década de los 80. Hablamos de galletas bajas en grasa, comidas para microondas y otros productos ricos en carbohidratos que se promocionaron como soluciones para controlar el peso pero cuyos perfiles nutricionales pueden haber reforzado patrones de alimentación adictivos.

Las mujeres de entre 50 y 64 años podrían haber estado expuestas a alimentos ultraprocesados durante un período de desarrollo delicado, lo que podría explicar los hallazgos de la encuesta para este grupo de edad, según la autora principal, la doctora Ashley Gearhardt, profesora de psicología en la UM.

Es cierto en que en los últimos tiempos una parte de esta generación ha comenzado a tomar conciencia del problema. La popularización de dietas más naturales, junto con la preocupación por la sostenibilidad y el bienestar, viene impulsando un cambio de paradigma. Aun así, el peso de los hábitos adquiridos durante años no es fácil de revertir. La publicidad, la falta de tiempo, la accesibilidad económica y la adicción siguen siendo factores decisivos que perpetúan el consumo de los ultraprocesados.