Mónica de la Fuente, la científica que ha diseñado el reloj de la inmunidad: “Rejuvenecer es sencillo"
La investigadora lleva más de 40 años estudiando cómo podemos envejecer más despacio
Su grupo de investigación ha creado una herramienta que determina la edad biológica de las personas con un análisis de sangre
Mónica de la Fuente en una de esas eminencias cuyo currículum no acaba nunca. Es catedrática de Fisiología, doctora en Biología y Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid y doctora en Medicina por la Universidad Miguel Hernández. Es miembro de la Real Academia de Doctores de España y de otras 15 sociedades científicas, profesora, investigadora, ha publicado cientos de artículos en prestigiosas revistas nacionales e internacionales. Ahora es catedrática emérita en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid donde forma parte del departamento de Genética, Fisiología y Microbiología y del grupo de investigación: Envejecimiento, Neuroinmunología y Nutrición. Es una científica que lleva más de 40 años estudiando el envejecimiento, y en particular su relación con nuestro sistema inmunológico.
Su investigación ha dado resultados sorprendentes y ha conseguido avances que pueden mejorar realmente la calidad de vida de las personas. Por ejemplo, Mónica de la Fuente y su grupo de investigación han diseñado y puesto en marcha el Inmunity Clock, el reloj de la inmunidad, un instrumento para medir nuestra edad biológica a través de un análisis de sangre.
Hablamos con Mónica de la Fuente del reloj de la inmunidad, de para qué sirve, de cómo envejecer más despacio y de otros interesantes descubrimientos fruto de sus investigaciones.
¿Qué es el Inmunity Clock?
Existe una edad cronológica que empieza en el momento que naces y avanza inexorable año tras año hasta que te mueres. Pero a mediados del siglo XX surgió el concepto de edad biológica, que mide a qué velocidad envejece nuestro cuerpo. Muchos investigadores se pusieron a buscar herramientas que permitieran medir esa edad biológica en las personas. Algunos crearon herramientas epigenéticas, o herramientas que medían los telómeros, etcétera. Nosotros nos centramos en el sistema inmune porque de todos los “relojes biológicos” que hay en nuestro organismo, el inmunitario es el que se ajusta más a la realidad, ya que las células del sistema inmunitario pasan por todas las partes de nuestro cuerpo y nos dan una imagen mucho más representativa de cómo estamos envejeciendo. Tenemos mucha evidencia científica que lo respalda, como también de que el estado de nuestro sistema inmunitario tiene mucha influencia en nuestro estado de salud y en nuestra esperanza de vida.
¿Cómo funciona?
Consiste simplemente en analizar, en una muestra de sangre, cinco funciones de nuestras células inmunitarias que hemos comprobado son las que tienen mayor potencia para determinar la edad biológica, aplicando el modelo matemático que generamos. La más potente es la capacidad de nuestras células asesinas de destruir células tumorales. Le sigue la capacidad que tienen los linfocitos de proliferar frente a un antígeno, frente a algo extraño, para crear más células que lo puedan destruir. La tercera es la capacidad de los fagocitos, de nuestros neutrófilos, para llegar al foco infeccioso. La cuarta es la de como fagocitan lo extraño, y la última la capacidad de los linfocitos de alcanzar ese foco infeccioso.
¿Por qué es importante conocer nuestra edad biológica?
Porque nos permite actuar a tiempo y corregir hábitos o introducir otros nuevos, que nos ayuden a envejecer más despacio. El objetivo no es que vivamos muchos años más, el objetivo es que los años que vivamos lo hagamos en las mejores condiciones posibles.
¿Es fácil rejuvenecer nuestra edad biológica?
Es más fácil de los que pensamos, y con intervenciones sencillas y en poco tiempo se obtienen resultados espectaculares. Pondré dos ejemplos. Para validar nuestro Inmunity Clock hicimos un ensayo con un grupo de hombres y mujeres de entre 60 y 65 años de los que analizamos su función inmune. Después, les suministramos un suplemento nutricional con sustancias antioxidantes y antiinflamatorias durante un mes y volvimos a analizar su sistema inmunitario con el Inmunity Clock. Los resultados fueron que todos los individuos habían rejuvenecido su sistema inmune de media 10 años.
En otro ensayo hicimos lo mismo, pero en vez de suministrar el compuesto nutricional, suministramos un compuesto de tres cepas probióticas durante dos meses. Los resultados fueron espectaculares, ya que la media de rejuvenecimiento del sistema inmune fue de 15 años. ¿Quiere decir esto que tomando compuestos nutricionales o probióticos determinados vas a vivir 10 o 15 años más? No lo sabemos. Habría que hacer un seguimiento a estos individuos para ver si esto es así o no. No lo hemos hecho con personas, pero lo hemos hecho con ratones, que viven de media dos años, y los resultados confirman que, tras las intervenciones, los ratones viven más.
¿El Sistema Nacional de Salud se ahorraría un dineral si aplicara estos métodos?
Probablemente, pero en ciencia, las cosas no bastan con decirlas, hay que demostrarlas, y habría que hacer ensayos con cohortes mayores y durante muchos años para probar lo que se ha comprobado en ratones. No obstante, la Sanidad se ahorraría muchos recursos si lograra inculcar en la población que hay muchas cosas que podemos hacer en nuestro día a día para envejecer más despacio. Son cosas que todos sabemos, comer sano, hacer ejercicio, evitar los tóxicos… pero que no hacemos.
Y hay cosas que ahora sabemos que afectan mucho a la velocidad del envejecimiento y que no son tanto fisiológicas como mentales, como son controlar el estrés, las emociones, las relaciones sociales enriquecedoras, tener un propósito vital, algo que te impulse a levantarte con ilusión por las mañanas… Cuidar todos estos aspectos ayudan mucho más a envejecer lentamente que tomarse ninguna pastilla.
¿Usted toma algún suplemento o compuesto de este tipo?
No me gusta tomar nada de manera permanente, pero de vez en cuando sí que tomo un compuesto que comprobamos hace años que mejoraba la inmunidad y el estado de inflamación y oxidación que aporta un antioxidante potente a nuestro organismo que se llama glutatión. El compuesto está libre en el mercado y es la N Acetilsisteína. También de vez en cuando tomo probióticos, pero después de tantos años investigando sobre qué hay que hacer para envejecer más despacio, lo que yo intento es no perder las ganar de vivir, de estar alegre y con buen ánimo, no perder el optimismo, afrontar la vida con una sonrisa… todo eso es fundamental para envejecer más despacio.
¿Cree que verá el cáncer y el alzhéimer desaparecer?
Creo el cáncer lo veré bastante resuelto, pero el ambiente en el que vivimos favorece el cáncer porque favorece que nuestra inmunidad esté cada vez peor. Si aprendiéramos a vivir un poco mejor, con menos tóxicos a nuestro alrededor y controlando mejor el estrés y las emociones… no te digo erradicar, pero disminuir mucho su incidencia, sí. El alzhéimer y las demencias lo veo más lejano. Se ha avanzado mucho en tratamientos en estadíos tempranos de la enfermedad. Si conseguimos envejecer más lentamente, podremos beneficiarnos mucho más de los tratamientos existentes, e incluso evitarla, porque la gran mayoría de los casos está asociada a una avanzada edad cronológica.
¿Es irremediable que vivamos en una sociedad envejecida?
Al parecer sí. El mundo camina hacia sociedades envejecidas y va a ser muy difícil revertir esta tendencia. Pero lo que hay que hacer es concienciar a los ciudadanos desde pequeños a llevar una vida que les permita envejecer más lentamente.
¿Una sociedad envejecida está condenada?
Una sociedad envejecida, si está sana y vive en un entorno integrador, no tiene por qué ser un problema. Al contrario, es una riqueza, porque puede aportar una perspectiva y una experiencia única, pero tiene que estar sana. Una población mayoritariamente enferma sí es una carga.
¿A qué se refiere con entorno integrador?
Pues aquel donde no existe el edadismo. Donde todos podamos seguir desarrollando nuestras capacidades independientemente de nuestra edad.
¿Vivimos en un entorno integrador?
No, vivimos en entornos edadistas. Yo tengo suerte. A mis 74 años soy catedrática emérita. En las universidades públicas podemos seguir trabajando hasta los 70. Si pides ser emérito y tu trayectoria te lo permite, entonces puedes seguir yendo al laboratorio hasta los 80, que es hasta cuando te cubre el seguro. En la privada en cambio puedes seguir trabajando hasta que te mueras.
Pero yo tengo muchos compañeros y amigos que se han jubilado sin querer y han envejecido rápidamente, han tenido patologías y algunos han fallecido prematuramente. Es un tema serio. Envejecer más despacio tiene mucho de actitud. Clint Eastwood decía que no hay que dejar entrar al viejo, y creo que tienen razón.
