Salud

Xevi Verdaguer, psiconeuroinmunólogo: "La forma de las uñas puede ser signo de problemas cardiovasculares"

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La forma de las uñas puede dar pistas valiosas sobre tu saludGETTY IMAGES
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A menudo consideramos a las uñas un mero elemento estético del cuerpo. Las pintamos, las limamos o las adornamos sin reparar en que su función va más allá de lo meramente decorativo. El aspecto, color, textura y forma de estas delgadas láminas que protegen las puntas de nuestros dedos pueden dar pistas muy valiosas de nuestra salud general.

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Cada uña está formada principalmente por queratina y su crecimiento es continuo. En promedio, unos tres milímetros al mes en las manos y la mitad de eso en los pies. Este crecimiento sostenido convierte a las uñas en un registro visible de nuestros procesos internos.

En ese sentido, el psiconeuroinmunólogo y nutricionista Xevi Verdaguer asegura en un vídeo publicado en su cuenta de Instagram que las uñas “dicen mucho más de nosotros de lo que imaginamos” y que observarlas con atención puede ser una forma sencilla de conocer mejor el propio organismo.

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Las uñas sanas suelen ser rosadas, firmes y lisas. Cualquier cambio en su aspecto no suele ser casual, así que conviene prestarle atención, porque puede reflejar alteraciones en la nutrición, en la circulación sanguínea o en el equilibrio metabólico.

Así, si observamos modificaciones leves en la curvatura o en la forma de las uñas, podría ser síntoma de problemas cardiovasculares o a un crecimiento irregular del tejido. Estos cambios por sí solos tampoco tienen por qué implicar necesariamente una enfermedad, pero sí convendría realizar un chequeo médico cuando persisten o se combinan con otros síntomas.

Una rendija de luz

El divulgador científico propone una sencilla práctica consistente en unir las puntas de los dedos índices y comprobar si entre las uñas queda una rendija de luz. Si ese espacio no se forma, puede indicar que la uña no ha crecido de manera habitual.

''Las falanges se tienen que tocar por la punta y por las uñas. Tiene que quedar una brecha de luz, si no es un signo de que la uña no está creciendo de forma normal y eso es lo que está relacionado con el crecimiento alterado de lo que está más lejos del cuerpo'', aclara.

Este fenómeno, según el experto, se observa con más frecuencia en personas mayores de 55 o 60 años, y se interpreta como una posible señal de cambios fisiológicos naturales o de alteraciones en la circulación: ''Son signos muy precoces, que aparecen muy temprano antes de que se manifiesten enfermedades distintas''.

Verdaguer propone ver las uñas como una parte más del lenguaje corporal e insiste en la importancia de la observación cotidiana, ya que dan pistas de envejecimiento, ''al igual que los órganos. Lo único que la piel y las uñas las ves y los órganos para verlos te tienes que hacer pruebas''.

Cuándo deberías ir al médico

La uñas pueden sufrir cambios de color (amarillentas, oscuras, blancas, verdes...), engrosarse, romperse en láminas, fisurarse, presentar agujeros en la superficie, volverse rugosas, cambiar de forma o presentar alteraciones en el tamaño o en el tejido periungueal.

La organización Mayo Clinic recomienda consultar a un profesional de atención primaria o dermatólogo si se notan los siguientes síntomas:

  • Cambios de color, como un cambio de color en toda la uña o una raya oscura debajo de la uña.
  • Cambios en la forma de las uñas, como uñas curvas.
  • Uñas que se vuelven más finas o más gruesas.
  • Abolladuras en las uñas que parecen pequeños agujeros, llamados hoyuelos, o surcos en las uñas.
  • Separación de la uña de la piel que la rodea.
  • Sangrado alrededor de las uñas.
  • Hinchazón o dolor alrededor de las uñas.
  • Falta de crecimiento de las uñas.