Janú Ruiz o cómo ser un maestro de Chi Kung en España: “Empezamos a envejecer por las piernas”
Esta disciplina milenaria, prima hermana del Tai Chi, mejora no solo la salud física, sino también el bienestar mental
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MadridSi es de esas personas con una preocupación por su salud, bienestar y forma física es posible que se haya encontrado entre las sugerencias de Instagram con vídeos que hablan bien del Tai Chi o del Chi Kung como la solución a todos los males una vez cumplidos los 50 años y el ejercicio idóneo a partir de esa edad. En esos vídeos cortos se señala, entre otros beneficios, como estas prácticas de origen chino son mucho menos lesivas para el cuerpo que el entrenamiento cardiovascular.
“La relación entre el Chi Kung (O Qi Gong en su forma original) y el Tal Chi es muy directa, muy próxima. Son como dos ramas que salieran de un mismo tronco común de un árbol. Ambas se nutren de la conciencia sobre el cuerpo, explica Janú Ruiz (Madrid, 1955), maestro de Chi Kung que entró en contacto con esta práctica a mediados de los años 80, y que imparte clases en un centro en la madrileña calle de Rodríguez Sampedro, muy cerquita de Moncloa.
“Qi Gong significa el arte de la habilidad, la destreza, la artesanía… Es una práctica que se desarrolla desde hace de miles de años. Las formas de Qi Gong se desarrollan primero a partir de los distintos elementos de la naturaleza: el fuego, el agua, la tierra, el aire… después también recreando los movimientos de los animales… También se nutre de las artes marciales y de la medicina tradicional china”, explica Ruiz.
A su clase acude habitualmente personas “de 40 años para arriba, aunque el promedio es de 50 y tantos a 60 años”, reconoce. “Cuando somos jóvenes, no sentimos una necesidad tan grande de contactar con nuestro ser interior, pero a medida que cumplimos años vamos planteándonos cosas y haciéndonos preguntas”.
La respiración, la primera gran clave
Si hay algo a lo que el Chi Kung de mucha importancia es a la respiración. “Respiramos poco y mal debido a las prisas y al estrés y eso nos lleva a mantener una tensión crónica, algo terrible para nuestro cuerpo. Es muy importante que respiremos bien para que nuestro órganos funcionen adecuadamente. Y para eso lo primero es relajarse”.
Ruiz divide sus clases en tres partes. “La primera corresponde al calentamiento, la flexibilización del cuerpo, la movilización de las articulaciones… En la segunda es en la que se pasa a hacer ejercicios de respiración, de concentración, de meditación... Finalmente, la tercera es en la que comenzamos a practicar las series del Chi Kung en sí, una vez preparados cuerpo y mente”.
Hay una frase de la medicina tradicional china que a Ruiz le gusta recordar y que reza que “empezamos a envejecer por las piernas”. Y más en el caso de las personas mayores: “Es muy importante, porque gran parte de la sangre que se mueve en todo el tronco viene del movimiento de las piernas. Hay que mantener los tobillos flexibles y las piernas fuertes, porque así las posibilidades de romperse algún hueso en una caída son menores”.
El punto de partida de las piernas es lo que hace el resto del cuerpo se mueva en consonancia. “En esta sociedad en la que vivimos los movimientos que hacemos son muy limitados. El Chi Kung favorece esa variedad de movimientos que nos favorece porque nuestros cuerpos no están diseñados para la inmovilidad”.
Para todos los públicos
Frente a prácticas que requieren partir de una base determinada, el Chi Kung es democrático. Es decir, no requiere una forma física extraordinaria para empezar a practicarlo. “El otro día una señora que llevaba solo un par de clases se me acercó y me dijo ‘Janú, ¡esto es una maravilla! ¿Le puedo decir a mi nieto que venga?’. Los alumnos de Chi Kung comienzan a notar los beneficios muy pronto”.
Los beneficios del Chi Kung son innumerables. El Curso de Experto universitario en Taichi y Qi Gong de Ciencias del Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid los resume: desde disminuir los síntomas asociados a la depresión hasta mejorar la calidad del sueño, pasando por una reducción significativa de la ansiedad y el estrés. Su práctica también trae buenas noticias para los que sufren de dolores cervicales o de espalda, tienen una mala circulación sanguínea o padecen rigidez articular.
El propio Janú Ruiz es la demostración fehaciente de que el Chi Kung hace que uno tenga una vejez más benévola. A sus 70 años no quiere ni oír hablar de jubilación. “Tengo la gran suerte de trabajar en algo que no solo me gusta sino que resulta beneficioso para mi salud”, explica. A la pregunta de si nota que su edad biológica es menor que su edad cronológica responde sin dudar: “Me siento bien y más joven de la edad que tengo, sobre todo si me comparo con lo que tengo a mi alrededor”. No hay mejor publicidad posible para esta milenaria disciplina china.
