El CSIC trabaja en un espray bucal antiviral para "engañar" al coronavirus y detener la infección

  • Si logran confirmar su efectividad, serviría incluso en el caso de que la infección haya comenzado

  • Se basa en la estrategia 'trampa señuelo': engañar al SARS-CoV-2 para atraparlo

  • Serviría no solo para aplacar este coronavirus, sino también otros virus

La comunidad científica, desde múltiples rincones del mundo, continúa dando pasos para intentar aplacar la pandemia del coronavirus y sus devastadores efectos. Siendo la vacuna el objetivo prioritario y primordial, los expertos no obstante avanzan también en el desarrollo de tratamientos y mecanismos para intentar mitigar los efectos de la COVID-19.

En este contexto, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC, está trabajando en un espray bucal que podría ser sumamente importante en esa lucha contra el SARS-CoV-2.

Concretamente, utiliza unas biomoléculas (polisacáridos) para simular la superficie celular donde se adhiere el coronavirus, para poder así atraparlo y detener la infección.

Si se confirma que estas moléculas, efectivamente, logran detener eficazmente la infección, el espray podría ser un antiviral aplicable no solo al SARS-CoV-2, sino también a otros virus, dado que incide en el mecanismos que usan muchos de estos microorganismos para entrar en las células.

Podría utilizarse a corto plazo

De obtener resultados positivos, el espray bucal podría suponer dar un paso de gigante, porque además podría desarrollarse y comenzar a utilizarse a corto plazo, en un tiempo breve, dado que se trata de moléculas de origen natural o ya empleadas con fines clínicos, como indica el CSIC en un comunicado.

El proyecto, que está liderado por los investigadores Julia Revuelta y Alfonso Fernández Mayoralas, del Instituto de Química Orgánica General (IQOG-CSIC), prevé además que el espray actúe incluso en los casos en que la infección haya comenzado.

“Actualmente se cree que la infección comienza en las cavidades buco-faríngeas, por lo que la formulación de un espray en base a dichas moléculas permitirá crear, tras su administración, una barrera en la que las partículas del virus queden atrapadas perdiendo así su capacidad infectiva”, explica la investigadora Julia Revuelta, quien añade: “Incluso en el caso de que la infección ya haya comenzado, su uso neutralizaría las partículas virales provenientes de la replicación en células infectadas en esta fase incipiente, inhibiendo la propagación de la infección hacia la zona pulmonar y disminuyendo, por consiguiente, la gravedad de la infección”.

Engañar al coronavirus para atraparlo

El sistema de funcionamiento del espray, explica revuelta consiste en imitar la ‘puerta de entrada’ del virus a las células.

“Igual que otras familias de virus, el SARS-CoV-2 utiliza carbohidratos presentes en la superficie de las células epiteliales para adherirse y progresar en la infección”. “En particular, se ha propuesto que el virus se adhiere a polisacáridos de la superficie celular de tipo sulfato de heparano (moléculas de una estructura similar al anticoagulante heparina) a través de la proteína Spike, la glicoproteína de la envoltura viral, antes de unirse al receptor celular ACE2”, precisa, ahondando en términos más técnicos.

En este sentido, indica, “el objetivo es obtener un espray basado en polisacáridos que mimeticen a los sulfatos de heparano de la superficie celular”, o dicho de otro modo, engañar al virus.

“La estrategia, conocida como trampa señuelo, consiste en “engañar” al virus para que se adhiera a los miméticos de manera que el virus neutralizado quede atrapado, frenando el proceso de infección”, explica.

Si finalmente se logra confirmar que estas moléculas logran detener eficazmente la infección, “podríamos conseguir un antiviral de amplio espectro, ya que interviene en el mecanismo que utilizan muchos virus para entrar en las células”.

Por esa razón, señala Revuelva, “los resultados podrían adaptarse rápidamente a otros virus emergentes, logrando incluso protección contra futuras pandemias”.