"Mi pareja se enfada si uso juguetes sexuales”: cómo solucionarlo sin renunciar a tu placer

La relación entre Ana y su pareja es, como ella misma relata, ideal. En todos los aspectos, él la satisface. Es un chico divertido, amable, cariñoso y además existe una fuerte compatibilidad sexual entre los dos. El problema es que cuando no están juntos y Ana quiere disfrutar de su sexualidad, él se siente inseguro, sobre todo cuando hay invitados inanimados en la cama de Ana: sus juguetes sexuales.

Se enfada si uso juguetes sexuales”, confiesa la joven de 25 años, “no en plan de gritar y cabrearse así a lo bestia, pero sí que se pone seco y me habla menos”. Cansada de estas reacciones, Ana le preguntó si le molestaba y él, tras dar rodeos, le dijo que sí. “No entiende para qué necesito un juguete que pueda hacer la misma función que él, que para eso mejor quedar los dos, y que le da miedo que me pueda satisfacer más un juguete y que luego hacerlo con él me decepcione”. Tras compartir estas inseguridades, la situación ha mejorado poco a poco, pero Ana confiesa no sentirse del todo cómoda masturbándose en solitario. “Como que me siento culpable. Le oculto si me toco para que no se enfade o evitar discusiones, y creo que eso tampoco es bueno”, reflexiona.

Aunque para muchos pueda parecer un problema aislado, en realidad se trata de un motivo de discusión muy habitual entre parejas. La gran pregunta es si hay solución o si estás obligado a elegir entre tu pareja y tus juguetes sexuales.

¿Es normal sentirte inseguro porque tu pareja se masturbe?

La sexualidad es un aspecto central de nuestra identidad que va mucho más allá del sexo en pareja. Abarca también los roles de género, el erotismo, el placer, nuestra orientación afectiva y sexual o la intimidad que establecemos para con nosotros mismos y los demás. Por supuesto, incluye la masturbación.

Aunque la masturbación sea una faceta de la sexualidad, sus beneficios son muy amplios. El más obvio es conseguir placer, pero no es el único. También ayuda a mejorar el estado de ánimo, a tranquilizarnos en momentos de ansiedad, a distraernos e incluso a reforzar nuestra autoestima y nuestro autoconocimiento corporal y psicológico. En otras palabras, masturbarte te ayuda a conectar contigo mismo.

Al igual que tu te masturbas, tu pareja también puede hacerlo, y es posible que algunas veces sienta más placer en solitario, otras veces menos, y en la mayoría de ocasiones las sensaciones físicas y psicológicas del placer sean sencillamente diferentes. Eso no significa que disfrute más o menos contigo. Además, la masturbación no es incompatible con el sexo en pareja. Todo lo contrario. Es muy recomendable incluir esta práctica en tus relaciones sexuales de pareja y no reducir todo a la penetración.

Y al igual que no hay nada malo en masturbarse, tampoco lo hay en utilizar juguetes sexuales. No son un sustituto de la pareja, simplemente un complemento para disfrutar del placer y, al igual que la masturbación, se pueden –podríamos incluso decir que se deben– incluir en las prácticas en pareja.

A mi pareja le molesta que me masturbe con juguetes, ¿qué hago?

  1. Escucha sus inseguridades. Muchas personas piensan que los juguetes sexuales o incluso la masturbación a secas son un sustituto del sexo en pareja. En otras palabras, que si usas juguetes o te masturbas es porque él o ella “no te da lo que necesita”.
  2. No cedas ante el chantaje emocional. Para lidiar con esta inseguridad sexual, muchas personas hablan claramente con su pareja. Otras, en cambio, se enfadan e incluso le llegan a prohibir a su pareja usar juguetes o masturbarse. Si ese es tu caso, no renuncies jamás a tu placer. No estás haciendo nada malo, así que no dejes de masturbarte ni de usar juguetes, y tampoco te obligues a evitar este tema de conversación.
  3. Habla sin tapujos sobre tu placer. Tras hablar largo y tendido sobre las inseguridades de tu pareja, es importante que le expliques qué es para ti la sexualidad. Es decir, que no tiene nada que ver masturbarte en solitario con o sin juguetes a tener sexo en pareja, y que no debe sentirse vulnerable porque explores tu placer a solas. Debe entender que eres una persona libre y que los juguetes sexuales no son enemigos sino aliados del placer.
  4. Anímale a probar juguetes sexuales para él o ella. A día de hoy el abanico de juguetes sexuales es muy amplio tanto para la estimulación de la vagina y del clítoris, como para la estimulación del pene o del ano. Anímale a crear su propio repertorio de juguetes para disfrutar en solitario.
  5. Incorporad los juguetes a vuestra vida sexual en pareja. También puede ser de gran ayuda incluir algunos juguetes en vuestras prácticas en pareja. Lo ideal es hacerlo poco a poco, eligiendo primero juguetes que os den placer a ambos, o incluso pidiéndole a tu pareja que maneje los juguetes que te dan placer a ti y manejando tú los juguetes que le dan placer a él o ella. Así convertiréis esta inseguridad en un juego de complicidad.