En qué influye el frío en que te contagies de gripe

eltiempohoy.es 20/01/2019 09:35

¡Abrígate que hace frío y te vas a pillar una gripe! Esta frase tiene mucho de sabia. Es cierto que la gripe no se pilla sólo por pasar frío, pero está claro es que en los meses más fríos hay un repunte de la enfermedad. Preguntamos a la Dra. Copano, médico de familia del servicio de urgencia de Morata de Tajuña, cómo influye el frío en que te contagies de gripe y, por lo que nos cuenta, más vale que te abrigues bien.

Qué es exactamente la gripe

La gripe es una infección respiratoria causada por un virus, esto significa que es necesario entrar en contacto con el agente infectante para contraer la enfermedad. Los síntomas no se deben confundir con los de un resfriado común y comienzan de manera repentina: tos, dolor de garganta, congestión nasal, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares y articulares y pérdida de apetito.

Se contagia por vía aérea o por contacto directo con otra persona infectada, por lo que es fácil contraer la enfermedad ya que accede al organismo por las vías respiratorias, la conjuntiva o la mucosa nasal, esto significa que basta respirar el aire en el que una persona con gripe haya tosido o estornudado para que nuestro cuerpo quede expuesto al virus, por no hablar de las secreciones respiratorias que, sin saberlo, pueden acabar en tus manos a lo largo del día.

Parece entonces que, de entrada, el frío no tiene nada que ver, pero como nos cuenta la Doctora Copano es en la fase de contagio donde las bajas temperaturas adquieren muchísima importancia y tiene tanto que ver con la vida del virus, como con tu propio sistema inmunológico.

Cómo le sienta el frío al virus

Partiendo de que la principal vía de transmisión de la gripe es la aérea, ya en 1919 el Doctor Peter Palese, del Departamento de Microbiología de la Escuela de Medicina Monte Sinaí, en Nueva York, demostró con cobayas la influencia que la humedad relativa ambiental y la temperatura tienen en la transmisión del virus.

En su estudio concluía que las condiciones tanto frías como secas favorecen el contagio ya que la mayor transmisión del virus se producía a 5 grados y que una baja humedad relativa del 20% también favorecía su transmisión.

Otro estudio realizado en 2007 por The National Institutes of Health de Estados Unidos llegaba a conclusiones similares utilizando pruebas de resonancia magnética para observar el comportamiento de la membrana lipídica del virus a bajas y altas temperaturas. La conclusión es que cuando la temperatura era baja, los lípidos de la membrana formaban una especie de gel, y esta capa semisólida protegía al virus, mientras que si ésta aumentaba, el gel se volvía menos consistente, con lo que la protección del virus era menor.

Por tanto, queda claro que las partículas infectadas transportadas por el aire o depositadas en cualquier objeto (vía tos, estornudo…) son más estables y sobreviven más tiempo si hace frío.

De aquí se puede extraer la primera conclusión: lo ideal sería andar con la boca y la nariz tapadas, airear los espacios cerrados y, por supuesto, mantener una buena higiene en las manos.

Cómo afecta el frío al sistema inmunológico

La otra parte del problema está en cómo reacciona nuestro cuerpo cuando pasamos frío. Volviendo al estudio del Dr. Palese, también se comparó el sistema inmune de las cobayas mantenidas a 5 y a 20 grados y determinó que no existían diferencias entre ellas, sugiriendo que el frío no modifica la inmunidad innata.

No obstante, un grupo de investigadores liderado por Ellen F. Foxman, de la Universidad Yale, consiguió demostrar que la respuesta inmunitaria de las células epiteliales de la nariz se vuelve mucho más lenta y menos eficiente si la temperatura de las cavidades nasales baja de 35 grados.

La Dra. Copano nos explica estas conclusiones de forma mucho más sencilla: el frío provoca la vasoconstricción o estrechamiento de los vasos sanguíneos y con ello se reduce la respuesta inmunitaria en la nariz. Además, cuando las células epiteliales de la nariz (los pelillos) están más frías, el sistema de defensa es menos eficiente.

La segunda conclusión es que, durante el invierno hay que mantener el sistema inmunitario a tope porque si la primera barrera falla, es necesario mantener bajo control los agentes infecciosos con el resto de tu organismo. Es decir, hay que alimentarse bien. Y, en cualquier caso, abrígate si hace frío.