Pros y contras de las chanclas: virtudes e inconvenientes de las reinas del verano contados por un experto

Cristina Abel 12/08/2018 09:42

El 70% de nuestra piel está compuesta por agua, por ese motivo, la exposición exterior coincidiendo con los meses de verano hace que se sequen más y de ahí deriven micro traumatismos, rozaduras y heridas que afectan a la salud de las extremidades y a una pisada correcta. En declaraciones a Efefuturo, la doctora Leire Arejita hace hincapié en el descuido que solemos hacer de los pies en el estío, dejándolos al descubierto y desprotegiéndolos. Nos relajamos con las buenas costumbres y olvidamos hidratarlos como en el invierno, además, parece que olvidamos que es una de las partes de nuestro cuerpo más expuestas al sol y pocos aplican la protección solar como se debería.

Marcha antiálgica

Asimismo, estamos casi todo el día en chanclas, un calzado pensado para momentos específicos de playa y piscina, y desaconsejable para hacer largas caminatas. "Tenemos que tener en cuenta que un calzado inadecuado puede generarnos lesiones, sobre todo en las prominencias óseas", explica Arejita, que advierte de otro padecimiento poco conocido, "marcha antiálgica", por la que acortamos el paso y basculamos más, lo que puede derivar en sobrecargas y lesiones en cadenas, gemelos y glúteos. "Para evitar que la chancla se nos escape, hacemos un gesto de engarramiento de los dedos. Esa postura no es buena porque hacerlo de manera continuada afecta a los dedos y puede derivar en otro tipo de patologías", señala el podólogo Rafael Navarro.

Chancleteo y micro traumatismos

Los expertos insisten en el escaso cuidado que le damos a nuestros pies y el uso inadecuado de calzado. "La chancla favorece el ‘chancleteo’, que es ese golpe de talón que provoca micro traumatismos que aumenta la dureza del talón. Esto, unido a la exposición externa a la que se ve sometido el pie, que hace que se seque, aumenta las probabilidades de aparición de grietas. Esas fisuras tienen muchas probabilidades de derivar en heridas sangrantes, que deberán ser tratadas por un especialista", afirma Navarro.

Fascitis plantar

Los podólogos advierten que el cambio de zapato de invierno al calzado de verano puede provocar fascitis plantar, sobre todo en el caso de las mujeres que pasan de utilizar calzado con algo de alza a las chanclas que son totalmente planas."Cuando llevamos un tacón nuestro gemelo se acorta y cuando usamos un zapato plano se alarga, además, la chancla es un calzado muy inestable y en el caso de los pies planos aumenta esa inestabilidad. Un pie pronado necesita mucha sujección, ya no solo por parte de las plantillas que hacemos los podólogos, cuanto más sujetes el calzado al pie, más estabilidad le va a aportar", indica el secretario general del Consejo General del Colegio Oficial de Podólogos.

Cangrejeras e inestabilidad

Hace un par de años se pusieron de moda las conocidas como ‘cangrejeras’, que dependiendo del lugar donde las compremos puede costarnos más de un disgusto. Navarro alerta que el material con el que esté elaborado el calzado es el que marcará una buena protección del pie. "Hubo mucha polémica con este tipo de chanclas porque las adquiridas en bazares desteñían. Aunque se trate de plástico, tenemos que comprar una sandalia que sea de un material de calidad", subraya. El podólogo desaconseja el uso de chanclas y sandalias sin sujeción en personas mayores y con sobrepeso, y también en embarazadas en su último trimestre, porque aumentan la probabilidades de sufrir un resbalón aparatoso.

No aptas para la conducción

"Tenemos que evitar la chancla para conducir, pero lamentable vemos mucha gente con este calzado a los mandos del coche. Es una infracción de tráfico que lleva una sanción de 200 euros porque todo lo que no proporcione una conducción segura conlleva una sanción", previene.

Sandalias con seudo plantillas y en piel

Los podólogos recomiendan su uso únicamente cuando estemos en la playa, piscina o lugares húmeros, y para el resto desplazarnos con sandalias, que lleven un poco de cuña y que estén elaboradas con una seudo plantilla (con forma de arco) y con sujeciones, que proporcionarán mayor comodidad. "Hay sandalias de piel muy bien confeccionadas y, si además van sujetas al tobillo, mucho mejor", indica el doctor, para concluir que la máxima para nuestros pies en verano es un protocolo de protección que tenga como objetivo la estabilidad y la protección de la piel.