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El invierno es la estación de los virus, especialmente de los que causan catarros. Los síntomas los conocemos de sobra: tos, mocos, malestar… Pero, ¿qué pasa cuando duran demasiado? Estos son algunos motivos que explicarían por qué no se te pasa el resfriado.
En primer lugar, si sospechas que tu resfriado es algo más, como puede ser covid (en cuyo caso es aconsejable realizarse una prueba PCR o de antígenos) o una alergia, no te lo pienses y pide cita directamente a tu médico. Podrías tener alguna de las siguientes afecciones que explicarían la persistencia de los síntomas.
Los síntomas del resfriado y la gripe pueden parecerse mucho. El primero suele manifestarse con estornudos, secreción nasal, dolor de garganta y tos, síntomas similares a los de la gripe, aunque esta se presenta también con fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga y dolores musculares o corporales. Si te deja muy noqueado, entonces lo más seguro es que se trate del segundo, pero para salir de dudas pide hora a tu médico.
Hay cientos de subtipos diferentes de rinovirus. Puede ser que hayas contraído uno en primero lugar y haber adquirido inmunidad, y después haberte contagiado de otro rinovirus que te produzca un segundo resfriado.
Además de los rinovirus, otros virus que pueden hacer que te acatarres son los virus sincitial respiratorio, virus de la parainfluenza humana, adenovirus, coronavirus humanos comunes y metapneumovirus humanos.
Al igual que pasa con la gripe, es fácil confundir una alergia con un resfriado común. Estornudos, congestión nasal, secreción nasal, goteo posnasal... Aunque también hay síntomas que ayudan a diferenciar, como pueden ser los ojos llorosos, irritados o hinchados, así como el picor.
Además, las molestias del resfriado tienden a durar alrededor de una semana, mientras que los síntomas de alergia pueden durar hasta tres semanas. Te recomendamos hacerte las pruebas de la alergia para identificar qué puede estar causándote la tos.
Empieza como un resfriado pero puede ir a más cuando se prolonga más de diez días. Si ves que persisten demasiado, puedes sospechar que el catarro se haya transformado en una infección de los senos nasales.
No te alarmes: como todas las infecciones, se produce por la proliferación de gérmenes o bacterias, y ocurre a la acumulación de líquido en los senos nasales, y tiene fácil solución. Acude al médico para que te evalúe y te aplique un tratamiento.
La neumonía aparece cuando el sistema inmunológico se ve comprometido por una infección bacteriana, viral o fúngica en los pulmones. Se manifiesta de manera muy parecida a un resfriado o gripe, aunque suele ir a más, con síntomas como fiebre, escalofríos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, tos o dificultad para respirar. Al ser más grave, ante la más mínima sospecha se debe pedir opinión médica.
El coronavirus puede no presentar síntomas en absoluto o tener síntomas leves, similares a los de un resfriado común. En otros casos, los síntomas son más evidentes, como ya sabemos. Aunque un síntoma que diferencia ambos claramente y que se presenta con relativa frecuencia en las personas contagiadas de COVID-19 es la pérdida del sentido del gusto y del olfato.
En este caso, y dado el aumento de positivos en las últimas semanas, lo suyo es realizarse una prueba para comprobar si se trata de coronavirus o de un catarro.