Las residencias de ancianos continúan siendo un foco de preocupación. Estos centros siguen pidiendo material y personal a sus respectivas comunidades, mientras continúa el goteo de fallecidos en ellas. Ocupadas por la población más vulnerable, cualquier contagio supone una grave crisis en forma de fallecidos.
Es lo que ha ocurrido en la residencia "Reina Sofía" de Las Rozas, en Madrid. 46 personas han fallecido en este centro, ante la impotencia de sus director que lamenta que "desde el 10 de marzo no se ha derivado ningún interno al Hospital". La falta de material y personal también ha golpeado a esta instalación que según una de sus enfermeras "solo ha recibido 9 EPI".
Misma situación en Cataluña, donde ya se superan el centenar de ancianos fallecidos en residencias. En Santa Coloma, unos familiares lograban hablar con sus mayores por la ventana tras varios días incomunicados. En su centro se cuentan 4 fallecidos y la preocupación por el estado de salud era generalizada.
Y es que ese está siendo otro problema, los centros desbordados no pueden dar información a los seres queridos de los ancianos. A ello se le suma el aislamiento forzoso provocado por la cuarentena y que solo se puede romper a través de la tecnología. Como le sucedía a un hombre en Vigo que lograba hablar con su madre tras 10 días sin contacto.