¿Fruto o verdura?
Para comenzar, una aclaración. Ninguna de las dos acepciones es científica. Simplemente, se usan en el vocabulario popular y no tienen ningún significado, ni ecológico ni botánico. A pesar de esto, existe una diferencia clara entre ambas: cada una es una parte de la planta.
Mientras que la fruta corresponde al ovario fecundado que rodea la semilla, la verdura es cualquier otra parte de la planta que no realice la función reproductiva de la misma, independientemente si estamos hablando de pequeñas plantas, arbustos o árboles frondosos.
Para entenderlo mejor: las raíces, las hojas o los tallos son siempre verduras, y el fruto carnoso que rodea la semilla (o semillas) es la fruta.
Entonces, ¿a qué llamamos hortaliza?
El tercero en discordia. Si las frutas y verduras, según la división anterior, ya recogerían todos los alimentos… ¿qué es una hortaliza? La planta completa. Cualquiera de las que se críe en una huerta de regadío exceptuando árboles frutales y cereales.
Por este motivo, podríamos decir que una hortaliza puede contener varias frutas o verduras.
Cinco alimentos con los que siempre te has equivocado
Tomate: por su aparición constante en las ensaladas puede dar lugar a equivocación, pero se trata de una fruta. El carnoso rojo es el ovario fecundado de la hortaliza de la tomatera, y todas aquellas pepitas de su interior son las semillas del fruto. Si no es verde, ¿por qué hemos caído siempre en el error de llamarle verdura? En el caso del tomate hay historia de por medio: a finales del siglo XIX, una ley estadounidense impuso una tasa para todas aquellas verduras que fuesen importadas, declarando al tomate verdura (e incluyente en esta ley) por darle vida a las ensaladas y no servirse como postre.
Pimiento: fruta, también. Y sus pepitas dan la clave. Ya sean rojos, verdes, amarillos o de tono morado, los pimientos son frutos cultivados en huerto de regadío y, por tanto, provenientes de una hortaliza.
Aceituna: el tono verdoso las camufla entre las verduras y su sabor saladito nos impide concebirla como un postre. Sin embargo, es una fruta, más concretamente, el fruto del olivo. En este caso recubre una única semilla, que conocemos como hueso o güito.
Aguacate: Aunque no se suele comer el aguacate como si fuese un melocotón, y aunque es la clave del guacamole de los tacos, es una fruta. No hay más que ver su distintivo hueso redondo y macizo que tiene en medio, la semilla de la baya carnosa.
Zanahoria: porque es naranja y acompaña a platos salados casi todas las veces (menos en la carrot cake), nadie se atreve a llamarlas verduras ni frutas. Acabamos cayendo en el error de clasificarlas como hortaliza, y no lo son puesto que no son una planta entera, sino la raíz. Es, por tanto, una verdura con alto contenido en betacarotenos, muy beneficiosa para la vista y para la producción de melanina.
¿Fruta o verdura? A veces ninguna de las dos
Las fresas, los higos o las piñas son algunos de esos alimentos que han pasado desapercibidos, hasta ahora, como "frutas" y que realmente no lo son. Se llaman infrutescencias, una tercera categoría que reúne a todas las frutas 'twinnies' o 'triplets'. Es decir, son todos esos frutos compuestos por más de uno adheridos y pegados entre sí, consecuencia de la fecundación de una inflorescencia compacta o de un óvulo de ciertas flores apocárpicas.