A cara descubierta ha entrado Antonio en los juzgados tras matar a su amigo Juan Betancor a sangre fría al letrado rociándole con gasolina y prendiéndole fuego. Trabajaba para él desde hacía 17 años y le había acogido en su casa cuando perdió su trabajo y su pareja. El detonante pudo ser una discusión por un desacuerdo económico aunque no se descarta un brote psicótico. Ocurrió el domingo en una finca propiedad del letrado y a la que ayer volvió con los agentes, para una reconstrucción. Antonio ha reconocido que roció a Juan Betancor con un líquido inflamable y que agredió a su mujer y la encerró en una habitación. Esta logró escapar avisar a una vecina mientras la policía detenía a Antonio cuando huía de la finca. Lo peor fue cuando entraron en la vivienda.
Al llegar a ella, encontraron a Betancor dentro de un aljibe al que se había tirado para escapar del fuego. Antonio lo había tapado con objetos para que no saliera. Betancor tenía quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo. Nadie en Santa Brígida se explica lo ocurrido. Betancor era muy conocido en la isla. Llevaba casi cuatro décadas ejerciendo como abogado penalista y había sido inspector de policía.
El exinspector jefe de la Policía Nacional y abogado, Juan Betancor González, de 72 años de edad, acabo falleciendo en la mañana de ayer en el Hospital La Paz de Madrid debido a las graves quemaduras sufridas Los investigadores tratan de determinar si el crimen fue premeditado puesto que también existe la hipótesis de que comprara gasolina con el único objetivo de rociar a la víctima y prenderle fuego.
El crimen cogió por sorpresa tanto a la familia del fallecido como a los residentes de este pequeño barrio satauteño. Quienes lo conocen hablan de Antonio como una persona servicial, que se ofrecía para ayudar a cualquier vecino.