Un turista ha denunciado este martes el robo de su reloj, un Hublot valorado en 800.000 euros. Según contado la víctima a los Mossos de Escuadra, la sustracción se produjo en la calle de los Lledó de Barcelona, cerca de la plaza de Sant Jaume, en el distrito de Ciutat Vella de la ciudad condal.
La víctima fue presuntamente asaltada por varios ladrones que, actuando en grupo, "le arrancaron violentamente el reloj de la muñeca y después se dieron a la fuga", según ha avanzado 'El Periódico'. Así pues, la policía catalana ha abierto una investigación para esclarecer los hechos y tratar de encontrar a los ladrones. Se trata del robo del reloj más caro que se ha denunciado en Barcelona.
Los robos con fuerza se han disparado en los últimos años en Barcelona. Tanto es así, que los Mossos han creado recientemente una unidad especializada para combatir a estos ladrones, que actúan de manera violenta, en grupo y cuyo principal objetivo son los artículos de lujo que portan sus víctimas, para después venderlas en el extranjero y obtener un gran beneficio económico. La mayoría de estos atracadores tienen múltiples antecedentes policiales y son viejos conocidos de los cuerpos de seguridad.
Hace solo unas semanas, el piloto de Fórmula 1 Sebastian Vettel fue víctima de un robo en el centro de Barcelona. Fue solo un día después de participar en el Gran Premio de España celebrado en el circuito de Montmeló. El alemán, que se encontraba alojado con su familia en un hotel de la capital catalana, estacionó su vehículo frente al mismo durante unos minutos y dejó las puertas abiertas, cuando unos ladrones aprovecharon para llevarse la mochila que tenía en el interior del coche. Eran sobre las 8:15 horas.
Dentro de la mochila sustraída había documentación personal del deportista, el carnet de conducir, el pasaporte y varias tarjetas de crédito, así como unos auriculares de una conocida marca de teléfonos móviles. Vettel aprovechó el geolocalizador instalado en dicho aparato para perseguir con un patinete eléctrico a los ladrones. El GPS de los auriculares permitió al germano conocer en todo momento por donde huían los ladrones, quienes al percatarse de la circunstancia se deshicieron de los mismos en un establecimiento del barrio de la Barceloneta. Eso sí, ni rastro de la mochila.