Cambio de hora: ¿Por qué siempre se hace el último domingo de octubre?

El próximo domingo 30 de octubre retrasaremos una hora los relojes para volver al horario de invierno. El cambio tendrá lugar a las tres de la madrugada y las manecillas deberán situarse sesenta minutos antes, con lo cual regresaremos a las dos. Con ese cambio el domingo dormiremos una hora más, un cambio que nuestros relojes biológicos internos suelen notar.

De los dos cambios que hacemos cada año para cumplir con las normas comunitarias, este de octubre es el más cómodo de realizar por parte de los ciudadanos. Por el contrario, en el de entrada al horario de verano que se lleva a cabo en el último fin de semana de marzo, los relojes se adelanta una hora con lo que ese fin de semana dormimos una hora menos y eso, los cuerpos también lo notan.

Cambiar la hora en octubre permite adaptarnos mejor a los días más cortos de invierno

El cambio de hora de octubre busca adaptarse mejor al cambio estacional que suponen días más cortos y noches más largas, lo que provoca que amanezca más tarde y anochezca antes. 

También supone acercarnos al uso horario que nos corresponde por nuestra ubicación geográfica, al tiempo que se corrige una modificación del régimen franquista que nos alineó con la hora central europea en la que está Alemania y que nos desubica al alejarnos de nuestro uso horario natural que está alienado con el Reino Unido y Portugal.

Otras de las ventajas del cambio horario en el último fin de semana de octubre es que es el mejor momento para provocar un cambio en nuestros usos y costumbre veraniegos y así favorecer la reducción de emisiones contaminantes que generamos al consumir energía. De forma que, cuanta menos energía eléctrica se utiliza, menos CO2 se emite. Es decir, se minimizan las emisiones de gases de efecto invernadero, que son las culpables de acelerar el cambio climático.

Los ahorros obtenidos con estos cambios ha sido puestos en entredicho por expertos que no dan validez a las cifras de ahorro de energéticos. El último estudio realizado sobre esta cuestión fue desarrollado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) hace años y sus conclusiones de que permitían un ahorro en iluminación de 300 millones de euros no ha sido confirmado por el ministerio para la Transición Energética que asegura que "no existen informes actualizados ni experiencias contrastadas" que "permitan aseverar que el cambio de hora lleve asociados ahorros energéticos".