Los límites de la telemedicina, en el centro de la batalla de la Sanidad en Madrid

Los médicos responden al plan de Ayuso de atender las urgencias por videoconsulta: "Puede ser peligroso para la vida del paciente"
Un grupo de personas a las puertas del Centro de Salud Federica Montseny del Servicio de Urgencias de Atención Primaria de Madrid.. NIUS
  • La Comunidad de Madrid pretende mantener abiertos los 80 centros sanitarios 24 horas pero que 34 cuenten solo con dos enfermeras y equipos de videoconsulta para contactar con un médico a distancia

  • Convertir la teleconsulta en una práctica habitual puede ser un “error, ya que este sistema no está regulado para amparar la responsabilidad de los sanitarios, según los médicos consultados

  • "Aunque sea una urgencia leve, como una otitis, es necesaria una exploración médica", aseguran los facultativos

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MadridLa última propuesta de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, para apaciguar el caos generado tras la reapertura de los 80 centros de urgencias extrahospitalarias es impulsar las videoconsultas. Sanidad pretende mantener abiertos los 80 centros sanitarios 24 horas con 46 puntos fijos con un médico y una enfermera y que los otros 34 solo cuenten con dos enfermeras y equipos de videoconsulta para contactar con un facultativo de la misma zona asistencial a distancia.

De esta forma, cada vez que un paciente acuda a uno de estos centros en los que no hay ningún médico, la atenderá una enfermera. Si esta lo cree pertinente, establecerá una videoconsulta con un médico a través de videoconferencia, que le dirá al paciente o a la enfermera qué debe hacer.

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Según la Comunidad de Madrid, la videoconferencia se ha adoptado “tras la ruptura unilateral” por parte de los sindicatos de los acuerdos alcanzados en Mesa Sectorial para la puesta en marcha de esta red de puntos de continuidad asistencial hasta que se reconduzcan las negociaciones y la actual situación.

Pero, ¿en qué consiste la telemedicina? ¿Qué puede y qué no un médico diagnosticar por videoconferencia? ¿Cuáles son sus límites? “La teleconsulta o videoconsulta es una herramienta más que se puede usar, pero para unas determinadas funciones, no para todo”, sostiene María Justicia, presidenta del sector de Atención Primaria del sindicato médico AMYTS. “Nunca podrá sustituir a un médico, que es lo que pretende la Comunidad de Madrid en estos 34 puntos. Esto en Urgencias es inviable. La urgencia puede ser leve, moderada, grave o emergencia. Pero, aunque sea leve, como una otitis, necesita de una exploración médica. Lo más importante en medicina es una buena historia clínica y una buena exploración”, asegura.

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La Asociación Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) tampoco cree que sustituir la consulta médica por una videollamada sea apropiado . “La teleconsulta nos puede ayudar, pero nunca puede ser sustitutiva de una exploración, de una buena anamnesis o un buen interrogatorio al paciente para ver qué le pasa. Es muy peligroso no ver al paciente o explorarle. Nos podemos comer muchas cosas, errar en el diagnóstico o fallar en el tratamiento”, señala Julio Heras, vocal de la junta de SEMERGEN Madrid.

Teleconsulta en la pandemia

La teleconsulta ha sido básica durante la pandemia de covid. Al tratarse de una situación crítica, era preferible que los pacientes limitasen su exposición en los centros médicos para evitar contagiar a otros pacientes o al personal sanitario. Pero convertirlo en una práctica habitual puede ser un “error”, según los médicos consultados por NIUS, ya que este sistema no está regulado para amparar la responsabilidad de los sanitarios. “Fue algo que nos sobrevino y que, por ser una situación crítica, se aceptó, pero, si se convierte en práctica habitual, hay que regularlo para cubrir la responsabilidad del médico que esté realizando ese tipo de consulta”, defiende Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

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Los médicos consultados señalan que la telemedicina puede servir para el seguimiento de un enfermo crónico, para aquellos que no puedan desplazarse y necesiten un control periódico, para dar los resultados de unas pruebas clínicas, para un consejo o para informar al paciente de que tiene un síntoma alarmante y que debe acudir a una consulta presencial. “Si un paciente tiene un dolor de abdomen simple, con unas características determinadas, se le puede tranquilizar y darle un determinado tratamiento o controlarlo en unas horas para ver la evolución. En este caso, la telemedicina puede servir. Pero si el dolor es muy intenso, porque pudiera ser debido a una obstrucción o a una apendicitis, solo serviría para comunicar al paciente que debe ir al hospital, algo que posiblemente él mismo habría pensado antes de hablar con el médico”, añade.  

La videoconsulta nunca podrá sustituir a aquellas que deben ser presenciales, según los propios médicos: esas donde se informa al paciente de una noticia con un cierto grado de complejidad, la primera visita en la que el médico ha de conocer al paciente o aquellas donde es necesario una exploración física.  “Para un médico son básicas las manos y el fonendo. Ninguna enfermera te podrá decir cómo tiene el ritmo cardiaco o qué escucha en el pulmón de un paciente. Hasta para una simple valoración de determinados procesos respiratorios es obligatorio auscultar y ver la garganta”, insiste el portavoz de SEMG. “Aunque una enfermera pueda informar al médico de los resultados de un electro cuando asista a un paciente que pueda estar sufriendo un infarto o un ictus, ese paciente necesita una actuación inmediata. Puede necesitar un cateterismo y, en ese caso, se requiere un médico que haga la segunda parte de esa consulta. Hacerle desplazar a un enfermo con un diagnóstico de infarto 50 kilómetros puede ser fatal”, asegura Armenteros.

Urgencias para cuestiones de poca complejidad

Díaz Ayuso ha asegurado que estos centros sin médico no están destinados a personas que puedan sufrir dolencias graves, como un infarto, sino para cuestiones de poca complejidad. “No es verdad que el 55% de las urgencias de primaria, como dice la Consejería de Sanidad, sean exclusivamente de enfermería. Son trabajos en los que se necesitan un médico y una enfermera. Y, si no, la asistencia sanitaria será incompleta y, en algunos casos, irresponsable”.

La presidenta del sector de Atención Primaria del sindicato médico AMYTS insiste: “Las personas que van a los servicios de urgencia, van porque les pasa algo. Aunque sea leve y el consejero de Sanidad diga que la patología urgente es el 0,05% de los casos. Toda sintomatología necesita una exploración médica. A veces nos encontramos con que una tos puede ser indicio de una neumonía y eso no se puede apreciar por una videoconsulta”, explica.

“El problema es si viene algo gordo, como un infarto o un estatus epiléptico. Muchas veces, estando ya medicina y enfermería, te faltan manos. Si solo está el personal de enfermería y el médico está a distancia, no puede hacer nada. Es muy peligroso para la vida del paciente. Es un porcentaje pequeño, pero, ¿si fuera tu familiar el que necesitara esa consulta? ”, se pregunta Heras.