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Las autoridades han conseguido resolver el macabro crimen que acabó con la vida de David Gómez en Sevilla. Fue pocas horas después de su desaparición en el pasado mes de junio en la localidad de Coria del Río, donde un clan familiar le tenía reservada una venganza que llevaban preparando durante diez años. Le mataron de tres disparos con una escopeta de caza. Después, tiraron su cuerpo sin vida a un pozo, cubierto por un toldo y lastrado con unos ladrillos. Todo ocurrió por “un asunto de drogas que termina mal”.
Según han explicado las autoridades, para explicar y contextualizar el crimen hay que remontarse nada más y nada menos que diez años atrás. Tras una década, el clan de ‘el Tarta’, –el apodo por el que se reconoce al cabecilla y principal responsable–, no se había olvidado de David y se la tenía jurada. Todo por lo que en el mundo del narcotráfico se denomina “un vuelco”, es decir, el robo de la mercancía por parte de otro clan.
“Es un asunto de drogas que termina mal, que le trae unas repercusiones bastante negativas al principal encausado, y este hombre, (‘el Tarta’), ha estado 10 años preparando literalmente la venganza porque hacía responsable de su descrédito dentro de la organización al fallecido. Lo que sucedió fue un “vuelco de hachís, algo desgraciadamente muy común en nuestros días”, ha explicado ante los medios el inspector jefe José Luis Valverde.
David Gómez “tuvo unas desavenencias con esta familia y entre el padre, el hijo y el amigo del hijo acabaron con su vida.” Todo fue “premeditadamente, buscando el sitio oportuno y deshaciéndose de las pruebas a través de quemar el vehículo donde fue transportado, deshacerse del cadáver en un sitio inhóspito…”, precisa, por su parte, el comisario Antonio Delgado, jefe de la brigada de Policía Judicial de la Policía de Sevilla.
‘El Tarta’ y los suyos lo tenían todo pensado, pero la investigación llevada a cabo por las autoridades a raíz del caso terminó por dirigirles hasta él, quien recibió a los agentes a tiros cuando se presentaron en su casa.
“Aparte de tener un perro que le alarmó, tenía cámaras en todo el perímetro. Evidentemente se parapetó en una esquina, enterró rodilla en tierra y nada más que saltaron los grupos tácticos, –que afortunadamente están capacitados, preparados, y van con sus escudos tácticos–, hizo tres o cuatros impactos. Teniendo la preparación que tienen, los compañeros lo anularon en las extremidades: brazo derecho, brazo izquierdo y pierna derecha”, explica Delgado, señalando que tras ello “le hicieron el torniquete y se lo llevaron al hospital, sin riesgo para su vida”.
Evidentemente estaban esperando a otras personas y no a nosotros. También nos esperarían, pero él dijo: ‘el que entre aquí me lo llevo por delante’”, cuenta el comsiario, rescatando “palabras literales” de ‘el Tarta’ a la entrada de su vivienda, en Coria del Río, donde las autoridades realizaron el primero de sus registros; el que llevaría a la detención del delincuente en septiembre.
Después, el segundo registro, “en una parcela de Pilas, donde hay varios pozos artesanales típicos de los olivares de la zona”, llevaría finalmente al hallazgo del cadáver de David Gómez “con la ayuda de subsuelo de la Jefatura Superior de Andalucía Occidental”.
Estaba a 7 metros de profundidad, sumergido, y su extracción fue “bastante difícil por miedo, entre otras cosas, a la situación del cadáver, después de casi 3 meses y medio o 4 sumergido en agua”.
Concretamente, “estaba envuelto en un toldo y con un peso añadido de ladrillos” para lastrarlo. Los disparos que presentaba coincidían con el arma que fue intervenida el día del registro en el chalet de ‘el Tarta’ en Coria del Río, practicado el pasado 29 de septiembre.
Los detenidos, además del cabecilla del clan, “un clan familiar típico de la zona del bajo río Guadalquivir, donde las actividades son principalmente de tráfico de hachís”, son en total cinco: ‘el Tarta’ y tres más como coautores de un homicidio y, por otro lado, una chica, hija del primero y detenida en Badajoz, por encubrimiento.
Según ha apuntado el comisario Antonio Delgado en rueda de prensa, “el principal mérito del grupo de homicidio que ha liderado este servicio ha sido romper la fuerte coraza que había en el entorno de David Gómez para con la policía”.
“No se fiaban de la policía y en las primeras testificales entran en claras contradicciones: no aportan datos relevantes ni indicios para llegar a la conclusión a la que se llegó tres meses después”, ha señalado.