Los Mossos d' Esquadra luchan contra la oleada de robos de Barcelona a base de drones

Muchos barrios de Barcelona están viviendo en los últimos meses una oleada de robos. Una situación similar ocurre en Murcia, donde una banda de ladrones tiene atemorizados a los vecinos y comerciantes de la zona tras producirse más de una decena de robos el último mes. En Cataluña, los ladrones se hacen pasar por vecinos, marcan las puertas y esperan pacientes hasta que su objetivo se queda libre. Muchos vecinos de la ciudad condal han optado por instalar cámaras de videovigilancia en los rellanos de los bloques de pisos para ahuyentarlos, pero no es suficiente para los cacos. Ahora escalan por las cornisas y balcones con nocturnidad y alevosía para adentrarse en el domicilio. Para frenarlos, los Mossos d' Esquadra han decidido patrullar la ciudad por los aires, a base de drones, para localizar a los delincuentes.

Una de las nuevas zonas afectadas por los ladrones es el distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi, una zona pudiente de Barcelona. Hasta ahora, gracias a este nuevo método de vigilancia, las fuerzas de seguridad catalana han detenido a 25 personas, de ellas, 19 está involucradas directamente con robos o tentativas de robos con fuerza en el interior de domicilios de la ciudad condal. Mientras que el resto están vinculados a delitos por atentado a los agentes de los Mossos, falsificación de documento público, por robo con fuerza en establecimiento comercial y tráfico de drogas.

Así mismo, gracias a este operativo, que permite rastrear con globalidad las zonas afectadas, los Mossos d' Esquadra consiguieron detener a diecisiete de los diecinueve detenidos por robo o intento del mismo, antes de que se produjese el allanamiento. Detenidos entonces por presuntamente cometer actos preparatorios en la comisión de los hechos.

Durante estos meses, y gracias a la labor de la ciudadanía instalando cámaras de seguridad, la policía catalana ha sido capaz de descifrar el 'modus operandi' de los ladrones. Últimamente, estos están accediendo al interior de las viviendas por las ventanas o balcones, así como forzando las puertas. Muchos de los detenidos han sido intervenidos con herramientas tales como destornilladores, punzones o llaves falsas que utilizan para acceder a las residencias de sus víctimas.

Antes del allanamiento, estudian a fondo a los inquilinos, si están vacías las casas, sus horarios. En muchas ocasiones colocan marcadores en las puertas, como pequeños trozos de precinto transparente o mueven los felpudos, para comprobar si ha existido actividad en los días anteriores al robo.