Ni ayuda psicológica ni penas más duras: las quejas de las familias de los fallecidos en accidentes

Ana sonríe desde las cuatro esquinas del salón de su madre, convertido casi en un museo en su recuerdo. Fotografías con sus hermanas, en la playa, de viaje, con sus padres... Tenía 37 años cuando la mató un conductor borracho. Triplicaba la tasa de alcohol permitida y chocó frontalmente contra su coche. Ana tenía una niña de 2 años, que se quedó sin su madre. Ocurrió el 13 de junio de 2018, a las 9 de la noche. Su hermana Laura se enteró a las 11 y a partir de ese momento, Ana ha ocupado casi todos sus pensamientos. ¿Cómo contarle a sus padres que había muerto? Fue lo más duro ese día. Tardó 3 horas en decidirse, nadie la ayudó. Ningún psicólogo de ningún ayuntamiento le dijo qué hacer, cómo decírselo, cómo explicarle a su sobrina que nunca más vería a su madre.

Pasó ese trago horrible y llegó otro. De camino al tanatorio veían cada día los restos del accidente. Su madre sufría. Llamó varias veces para que los retiraran, pero no fue nadie a limpiarlos. "Los botes de morfina, los guantes con los que la atendieron..., los cuentos de mi sobrina, la ropa de mi hermana... Al final lo limpié yo con unos sacos, esto no se hace con ninguna otra víctima, sólo con las de violencia vial... ¿Te imaginas a una víctima del terrorismo teniendo que recoger los casquillos, la sangre?". La amargura le tatúa el nombre de su hermana en la muñeca. Ana era profesora de pilates y ese día volvía de trabajar. Su agresor vial había bebido y se quedó dormido al volante. Lo han condenado solo a 2 años y 9 meses de cárcel. Parece poca condena pero "ese día lloramos porque creíamos que saldría en libertad". Tal es la levedad de las penas en el Código Penal para estos delitos. 

En 2019 las familias trataron de lograr el endurecimiento de las penas en los casos de accidentes causados por consumo de alcohol, drogas o conducción temeraria pero sólo lo lograron si había más de un muerto en el siniestro. Ellas no lo entienden: ¿esto va de muertes al peso? ¿Debería haber ido mi sobrina y morir también para lograr que este hombre fuera condenado a una pena mayor?

La queja se repite en casa de Silvia. Sus fotos también brillan desde cada rincón de la casa de sus padres. Ella tenía 21 años y acababa de terminar su clase de autoescuela. Cruzaba un paso de cebra correctamente, regulado con un semáforo que estaba en ámbar. Una furgoneta se detuvo para dejarla pasar, pero un vehículo que venía a más del doble de la velocidad permitida, la arrolló. "Silvia quería viajar, trabajar... Tenía planes de independizarse con su hermana gemela, que no levanta cabeza". Ocurrió hace 5 años pero es "como si fuera ayer, el tiempo se detuvo".

El conductor dio negativo en alcohol y drogas. Su positivo era en velocidad: 90 kilómetros por hora. No le ha caído ni un día de prisión, sólo retirada de carné y una indemnización que debería haber satisfecho ya..., pero ni siquiera la ha terminado de pagar. Tampoco pidió perdón a la familia. Conchi pide cambios en la ley, porque "no hay justicia". Ella y su marido siguen comprándole regalos de Reyes y de cumpleaños a Silvia. "Y un recuerdo de cada viaje que hacemos".

Las dos familias han acudido hoy en Madrid al homenaje celebrado por el Día Mundial en recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico. Se han repetido los conciertos, las ofrendas de flores y los manifiestos en muchas ciudades. Más de 1.700 personas han muerto en España en 2022.