Alina y Ana: la historia de dos madres destrozadas por la violencia vicaria

Cada vez que cierra los ojos Alina ve a sus hijas. Sus fotos ocupan toda la memoria de su móvil, ve sus vestiditos por toda la casa y el recuerdo la mata. Sus hijas, de 2 y 4 años, fueron asesinadas por el padre hace menos de un mes en Almería. La joven, de nacionalidad rumana, había denunciado a su pareja por malos tratos y había escapado con las niñas. Pasaron los meses y él, a cambio de la promesa de permitirles volver a vivir a Rumanía, logró convencer a Alina de que consintiera en levantar la protección en las visitas a las niñas. Ni el fiscal ni el juez se opusieron y pudo llevárselas a casa, intimidad que aprovechó para matarlas.

Ella no sospechó que el padre pudiera querer matarlas. Lo hizo para vengarse de Alina y luego se suicidó. ¿Por qué me ha pasado esto a mí? No puede dormir.

El ejemplo de Alina aterra a Ana: "Temo por la vida y la de mi hijo", lamenta. Ana ha sufrido años de violencia de su expareja, y ahora él amenaza a su hijo de 4 años. Tenía prohibida las visitas al niño pero un juzgado acaba de permitírselas.

Abogados y victimas denuncian la falta de medios para luchar contra la violencia vicaria, como explica Rocío Pérez Cuesta, directora jurídica de Zaballos Abogados: "En cualquier momento puede haber una agresión".

Este año 7 menores han sido ya asesinados por sus padres, 5 más que en 2023.

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