Muere Iara Martiñán, la mujer gallega que llevaba 10 años luchando contra un cáncer ultrarraro

"Insistir, persistir y nunca desistir", es el lema que se puede leer en las redes sociales de la periodista gallega Iara Martiñán, que ha fallecido a los 41 años edad. Iara llevaba ya más de 10 años luchando contra un cáncer ultrarraro, del que sólo existen 15 casos similares en todo el mundo. Se trata de un condrosarcoma mixoide extraesquelético, una enfermedad que el National Cáncer Institute define como un "tipo de cáncer raro y de crecimiento lento que se forma en tejidos blandos fuera del hueso". Se caracteriza por su tendencia a la recurrencia y la metástasis y, al ser tan poco frecuente, es una patología que no tiene tratamiento específico.

En los últimos meses, Iara luchó sin cansancio contra las seis metástasis que se le habían desarrollado en el cerebro, tal y como contó en una entrevista con la web de Informativos Telecinco. Batalló tanto que, cuando en el hospital CHUAC de A Coruña los médicos le recomendaron el tratamiento paliativo, ella se trasladó en ambulancia hasta el hospital San Carlos de Madrid para quemar un último cartucho y comenzar un nuevo ciclo de quimioterapia combinada. Allí, se enteró de que estaba embarazada y, aunque ella y su pareja querían tener al bebé, su oncólogo le recomendó interrumpir la gestación. "Era la vida del niño o la mía", contó en un triste vídeo en el que confesaba que le seguía "doliendo mucho la barriga".

"Su huella permanecerá en todos nosotros"

"Ya sabéis que tengo tumores por todo el cuerpo" decía. Pocos días después, sus familiares han comunicado su muerte con una publicación en la que recuerdan su admirable vitalidad y su lucha activa: "Pegada a la palabra, pegada a su sentido del deber por informar como periodista, y pegada a los corazones de todos los que la queremos, Iara vivió dando sentido absoluto a todas y cada una de las palabras que existen: en su faceta profesional y, sobre todo, personal. Pero, si hay una palabra que marcó la brújula de sus últimos años esta es, sin duda, trascendencia. Su fortaleza mental, sus ganas de vivir en el sentido más pleno y su inigualable capacidad de disfrutar de todo y de todos, son una huella que permanecerá y tendrá consecuencias", dice el texto al que acompaña un carrusel con sus mejores fotografías.

Sus seres queridos también han destacado su labor como expresidenta de la fundación ASARGA, la Asociación de Sarcomas de Galicia, que agrupa a todos los afectados por sarcoma en España. Su mayor pretensión es la adecuada derivación de los pacientes, algo que no es obligatorio hasta ahora. “Queremos que por ley se haga la derivación automática, que el paciente se traslade al centro que más experiencia tenga en su patología, y que pueda ser tratado con los mejores especialistas. Cada comunidad tiene sus normas, sus recursos, sus tiempos, como si los pacientes fuéramos de primera o de segunda según el código postal. Es inhumano”, denunció lara en esta web, recordando que muchos enfermos luchan a la vez contra la enfermedad y contra la burocracia.

"Iara cofundó una asociación, recogió y acogió todo cuanto conocimiento pudo, y fue mucho, para difundirlo, compartirlo y ser facilitadora de quienes, como ella, enfrentan la lucha en el océano de la no certeza y la falta de información. Vivió para dar altavoz a las deficiencias, para cambiar el modelo sanitario fraccionado, para conseguir inversión en investigación para las enfermedades raras como la suya. Vivió para ayudar. Ayudó para ser feliz. Su legado es la chispa que hará que "la próxima Iara lo tenga más fácil", concluye su familia en el comunicado.