Otras revueltas racistas en España como la de Torre Pacheco: de Alcalá de Henares a El Ejido
En Alcalá de Henares se han vivido disturbios violentos este julio pero en Almería se produjeron hace ya 25 años
El análisis de Carlos Franganillo: "Torre Pacheco vivió anoche una calma relativa, pero se teme que hoy la situación se complique"
Los disturbios racistas de Torre Pacheco no son nuevos en España. Algo muy parecido ocurrió ya en El Ejido, en Almería, hace 25 años. En esa ocasión, la violencia se detonó después del asesinato de tres vecinos de la localidad. Más recientemente ha sucedido en Alcalá de Henares, Madrid.
“No es inmigración, es una invasión” se escuchado este mismo mes de julio en Alcalá de Henares. En solo quince días el rechazo a un determinado colectivo de extranjeros se ha congregado en esta localidad madrileña tras la violación de una joven por parte de un chico de Mali.
El PP, que gobierna en Alcalá, ha presentado una moción en el pleno del Ayuntamiento en la que pide el cierre del centro.
En Sabadell, Barcelona, también se han escuchado este tipo de gritos racistas. “¡Fuera, fuera!” han gritado algunos contra varios okupas magrebíes.
La reacción en estos casos de violencia racista es incendiaria. Los ataques se extienden contra quienes comparten una misma procedencia. Es la radicalización que mete a todos en un mismo saco y es lo que ocurre estos días en Torre Pacheco.
El caso de violencia racista de El Ejido
Algo similar ocurrió hace veinticinco años en El Ejido, Almería. Entonces tres asesinatos cometidos por africanos convirtieron el pueblo en una zona sitiada.
Durante días prendió el racismo entre los vecinos con una persecución a la que se referían como caza del migrante, al igual que pasa ahora en la localidad murciana.
En El Ejido destrozaron los locales y volcaban los coches de los inmigrantes. Les obligaron a abandonar los barrios en los que vivían y los invernaderos en los que trabajaban.
Los vecinos del municipio actuaron por su cuenta. Sin líderes que organizaran los ataques, ni redes sociales que propagaran ese mensaje de odio que se vuelve, cada vez, más difícil de sofocar.