Padres y madres se manifiestan para pedir una ley contra el acoso escolar: "Cuando hay conflicto y violencia, se debe actuar desde el primer momento"

Manifestación contra el acoso escolar frente al Congreso en Madrid. EFE
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Padres y madres que han vivido de cerca situaciones de acoso escolar se han concentrado a las puertas del Congreso de los Diputados para exigir la aprobación de una ley integral contra el bullying. Reclaman que el acoso escolar sea reconocido y tipificado como un delito específico en el Código Penal, igualándolo a otros tipos de violencia, como el acoso laboral.

Las familias denuncian que el acoso en las aulas continúa siendo una realidad silenciada, y que la falta de una respuesta deja a muchas víctimas sin protección ni justicia. “Se habla de conflictos entre iguales, pero cuando hay conflicto hay violencia, y se debe actuar desde el primer momento”, subrayaron algunos de los portavoces durante la concentración.

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Entre las principales propuestas, los padres reclaman que la futura norma establezca un único protocolo de actuación para todas las comunidades autónomas, con formación obligatoria para los docentes y personal de los centros educativos. Consideran que la prevención y la detección temprana son esenciales para frenar una problemática que, según recuerdan, afecta cada año a miles de niños y adolescentes en España.

Se habla de conflictos entre iguales, pero cuando hay conflicto hay violencia, y se debe actuar desde el primer momento

EFE

Otra de las propuestas es la creación de un organismo independiente y ajeno a los centros escolares que se encargue de investigar los posibles casos de acoso. De este modo, aseguran, se evitaría la desaparición que a menudo rodea a las denuncias dentro de los propios colegios. Además, piden la puesta en marcha de un registro nacional de casos de acoso y ciberacoso, que permita conocer la magnitud real del problema y diseñar políticas públicas más efectivas.

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Las familias insisten en que el acoso escolar no debe considerarse un simple conflicto infantil, sino una forma de violencia que puede tener consecuencias devastadoras en la salud mental y emocional de las víctimas. “Nuestros hijos han sufrido y siguen sufriendo. No queremos más silencio, queremos protección y justicia”, declararon.