Sexología

La deuda pendiente de la sociedad con la vida sexual de las personas con discapacidad

Este certificado corrobora el grado de discapacidad del titular
Persona en silla de ruedas, archivo. Pexels
EFE / Paula Fernández
  • Silvina Peirano, experta en sexualidad y diversidad funcional

  • "Hay muchas personas con discapacidad que ya saben casi todo y no les hemos permitido casi nada", explica la experta

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Santiago de CompostelaLa sociedad tiene una deuda pendiente con las personas con discapacidad, asegura la argentina Silvina Peirano, experta en sexualidad y diversidad funcional, que llama a no solo informar y educar en ello, sino también a garantizarles espacios para que puedan ejercer sus vivencias eróticas, sexuales y afectivas.

"En este tiempo en el que las teorías, los estudios y los derechos sobre la sexualidad han avanzado tanto, las personas con discapacidad siguen redundantemente pensadas en torno a cuatro o cinco mitos que son verdaderos prejuicios", explica en una entrevista.

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Peirano, que participa en las jornadas que la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS) organiza en Santiago de Compostela este viernes y sábado, dice que la discapacidad sigue asociada al "antideseo" y relegada a una parcela pequeña del sexo, la de las restricciones, el "no poder" y el "pedir permiso".

"Son sexualidades tan condicionadas que por eso se desarrollan de una manera no saludable, no placentera, no responsable", lamenta la argentina, que reivindica que esas sexualidades sean "vividas y no relatadas".

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Espacios de vivencias

Aunque cada vez hay más información disponible, se ha avanzado "en las teorías" pero no en garantizar "espacios de ejercicios y vivencias".

"Hay muchas personas con discapacidad que ya saben casi todo y no les hemos permitido casi nada. Ya saben qué se puede hacer o no hacer en público, cómo son sus cuerpos, cómo tienen que comportarse con otra persona. Sin embargo, no tienen espacios para la intimidad, para la privacidad, para el ejercicio de estas emociones y de estas sexualidades", asegura.

Es un paso más que tiene que dar la educación sexual, que "no es algo que se enseña y se guarda en un cajoncito, sino que necesita de esa experiencia".

Peirano creó en 2012, cuando residía en Barcelona, 'Sex Asistent', un proyecto en torno a la asistencia sexual -prestar apoyo a una persona con diversidad funcional para poder acceder sexualmente al propio cuerpo o al de una pareja-, cuando este debate todavía no había llegado a España.

"Para mí la asistencia sexual en sí misma no es un derecho, pero sí que debería ser una opción cuidada, interdependiente, que cuide tanto a quien oficia de asistido como a quienes ofician de asistente, en acuerdos humanos previos", defiende.

La también profesora de educación especial considera que, más allá de hablar sobre si está bien o mal, hay que debatir sobre "qué nos hace pensar que algunos, por capacidad, podemos juzgar los sexos de otros con discapacidad".

Discapacidad fluida

A la hora de abordar la sexualidad de las personas con diversidad funcional, Peirano también llama a trabajar en la "discapacidad fluida" e ir más allá de los términos biológicos y médicos particulares de cada individuo.

"Lo que más me interesa no es el tipo de discapacidad, sino su biografía sexual, los acompañamientos o no que han tenido, el acceso a la información, la autopercepción sobre sí mismo, sobre su cuerpo, el acceso a la educación sexual o a la salud sexual, a tener amigos, a tener vida social...", enumera.

Esa parte personal está por encima de lo biológico, y pone como ejemplo que la asistencia sexual ha pasado de estar limitada a personas que apenas podían moverse a ser buscada también por jóvenes autistas con un alto grado de funcionamiento intelectual.

A estos jóvenes se les ha enseñado a desarrollar capacidades como leer, tener idiomas y un trabajo, "pero han quedado aislados de la experiencia social y la sexualidad".

La experta aboga por aprender también de cómo viven la sexualidad las personas con diversidad funcional, que enseñan que "hay muchas otras formas que nos estamos perdiendo", porque a menudo solo se entiende el sexo a través de las prácticas coitales y genitales.

"Son los testigos reales de esos lemas que a veces muchos de nosotros solo dejamos en la teoría, y en nuestras prácticas nos es muy difícil pensar realmente que la sexualidad no es solo genitalidad", dice.

Las jornadas de la AEPS, centradas en la diversidad bajo el título 'Los renglones torcidos de Eros', se celebran este viernes y sábado en el centro socio-cultural de Santa Marta.