El giro vital de Eduardo, de provocar un accidente mortal a la concienciación: “Un vehículo es una máquina de matar"

En 2015, causó un accidente tras conducir más de 1.400 kilómetros sin descanso y bajo los efectos de la marihuana
Eduardo ha convertido su historia en un instrumento para evitar que otros repitan sus errores
Este domingo 16 de noviembre es el Día Mundial en recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico. En el mundo, cada año hay 1.300.000 muertos y 50 millones de heridos en accidentes.
En días como hoy, el testimonio de Eduardo Sánchez, miembro de la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico (PAT), es poco habitual: rara vez se escucha en público a quien provocó un siniestro mortal asumir su responsabilidad. Él lo hace sin dudar. Recuerda con exactitud el 7 de junio de 2015, el día en que causó un accidente tras conducir más de 1.400 kilómetros sin descanso y bajo los efectos de la marihuana: “Venía con sueño y choqué frontalmente con otro vehículo; di varias vueltas de campana y me llevé por delante un coche más”, relata. Aquel impacto terminó con la vida de un hombre.
Eduardo nunca ha escondido su culpa. “Sabía que no había descansado, sabía que había consumido marihuana. Fue inconsciencia y avaricia, por querer seguir trabajando y ganar dinero”, admite. La justicia le impuso una condena de un año y siete meses, que cumplió en prisión. Una etapa dura, aunque insiste en que nada resulta tan difícil como convivir a diario con el daño causado. Incluso algunos de los momentos más importantes de la vida de su hija los vivió desde el otro lado de un cristal. La recuperación emocional le llevó años de terapia: “No duermes, no descansas. No existe una pastilla que te lo borre todo”.
Hoy, Eduardo ha convertido su historia en un instrumento para evitar que otros repitan sus errores. Imparte cursos y charlas para concienciar sobre los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas. Defiende que la única postura responsable es la “tasa cero” y resume su aprendizaje en una advertencia contundente: “Un vehículo es una máquina de matar. Y mata”.
