Animales

La superpoblación de jabalíes ocasiona numerosos daños en casas y jardines y desata una fiebre cazadora con recompensas

Jardines públicos y privados se ven destrozados por la presencia de jabalíes en busca de comida. Informativos Telecinco
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La presencia creciente de jabalíes en áreas urbanas de Cataluña se ha convertido en un problema de primer orden para vecinos y autoridades, además de un vector de propagación de la peste porcina. La superpoblación de estos animales, que buscan alimento en cualquier lugar disponible, ha provocado daños en jardines, huertos y espacios públicos, generando alarma entre la población.

En localidades como Montroig del Camp, en Tarragona, los vecinos denuncian que los jabalíes irrumpen varias veces por semana en sus viviendas, destrozando jardines y acercándose peligrosamente a las casas. “Esto es todas las semanas, dos o tres veces por semana encontramos el jardín así”, explica una residente que lleva años conviviendo con esta situación. La preocupación no es solo por los daños materiales, sino también por el riesgo que supone para niños y ancianos que transitan por la zona.

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Batidas de caza

El Ayuntamiento, en coordinación con la Generalitat, ha organizado batidas de caza en el pasado y anuncia nuevas actuaciones para intentar controlar la proliferación. Las autoridades insisten en que, aunque la comarca se encuentra lejos de los focos de peste porcina africana, es necesario reducir la población de jabalíes para evitar riesgos sanitarios y económicos. Además, piden colaboración ciudadana: mantener las basuras cerradas, no dejar restos de comida en jardines y evitar alimentar a animales domésticos en espacios abiertos.

La problemática no se limita a Cataluña. En Galicia, la administración ha autorizado la caza intensiva de jabalíes en cuatro comarcas como medida preventiva frente a la peste porcina. Hasta febrero, no existe límite de capturas en el 80% del territorio, y las cuadrillas de cazadores salen cada fin de semana, sin importar las condiciones meteorológicas. En Aragón, por su parte, se han establecido incentivos económicos: 30 euros por cada jabalí abatido, con el objetivo de reducir la población y minimizar los daños agrícolas y urbanos.

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Los expertos señalan que la superpoblación de jabalíes responde a varios factores: la abundancia de alimento, la falta de depredadores naturales y la adaptación de estos animales a entornos urbanos. La consecuencia es una convivencia cada vez más difícil entre fauna salvaje y ciudadanos, que reclaman soluciones efectivas y duraderas.

Mientras tanto, los vecinos afectados insisten en que la situación debe abordarse con urgencia. “Para nosotros es un peligro tanto para personas normales como ancianos, como niños”, resume un residente. La presión vecinal y las medidas de las administraciones apuntan a que las batidas y recompensas seguirán siendo, al menos por ahora, la principal estrategia para frenar la expansión de los jabalíes en Cataluña y otras regiones.