"No insultaré al árbitro" o "no entenderé la derrota como un fracaso". Son dos de los doce mandamientos que el ayuntamiento de Valencia ha recogido en un manual que esta vez no está dirigido a los niños que practican deporte, sino a sus padres.
Cada vez es más habitual que partidos entre niños acaben a mamporrazos. Peleas multitudinarias en las que participan padres y entrenadores.
Y es que ser el próximo Casillas o el nuevo Villa ya no es un sueño sólo de los niños. También de los padres, que presionan a sus hijos. Esta tensión llevada a las gradas genera en muchas ocasiones las mencionadas peleas.
Los expertos advierten que con actitudes como esta se consigue justo el efecto contrario y son muchos los pequeños que abandonan el deporte.