El abuelo rayador de Vigo ataca de nuevo, ahora con palillos

telecinco.es 07/02/2019 17:00

Se dedica a rayar los coches de sus vecinos en los barrios de O Calvario y A Dobla, en Vigo. Los agentes le han vuelto a cazar y le han requisado cien palillos. La voz de alarma la dio un vecino que avisó a los agentes. Estos supieron de inmediato a quién tenía que seguir la pista. Otra vez en busca de José Antonio Vázquez. Según la policía local, la detención tuvo lugar en torno a las 15,40 horas en la calle Canario tras una orden dictada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo. Posteriormente, el jubilado ha sido trasladado a las dependencias de la Policía Nacional de la ciudad olívica para ser puesto a disposición judicial.

Sin contacto con sus familiares, el hombre de 79 años ha convertido su particular obsesión en todo un peligro. Los palillos los usaba supuestamente para obstruir las cerraduras de los coches y portales.

Un rostro de actualidad

José Antonio Vázquez se ha convertido en un rostro de la actualidad, no en vano, rayó más de 1.000 coches durante 2018 y las autoridades creen que en lo que va de 2019 ha deteriorado 120 vehículos. El caso no para aquí porque las protestas de los vecino no cesan. De hecho, y según informaba esta semana La Voz de Galicia, se le atribuyen tres agresiones a vecinos tras golpearlos con el paraguas o con un bastón.

Estoy mal. Me operaron y me dejaron mal. Estoy mal de la cabeza”, ha confesado el anciano, aunque un informe encargado por el juzgado concluyó que no tenía problemas mentales.

Afirma que se arrepiente y siempre dice que no va a volver a dejarse arrastrar por su obsesión, pero no frena. Dice que pide perdón a los vecinos, pero estos ya están hartos. “No se puede ser tan malo”, le reprochan al verle. Son demasiados daños los que viene produciendo: cerca de 600.000 euros en arreglos de taller. “A mí me supuso 1.830, porque me lo rayó todo”, cuenta uno de los afectados.

Al anciano, que hasta llegó a tener carteles de ‘se busca’ en el barrio, le han detenido 12 veces, pero, por su edad, no va a ingresar en prisión, y tampoco pueden incapacitarlo; un problema para la convivencia en una localidad que paradójicamente lleva en su nombre lo que precisamente éste representa: O Calvario.